Se registraron más de 6.500 desde octubre de 2022. Muchos proceden de las provincias de Fujian y Zhejiang en busca de mejores oportunidades económicas y huyendo de la represión del régimen. Llegan a Ecuador sin visado y continúan desde allí su viaje. Algunos, sin embargo, una vez que obtienen los visados, son reclutados por el Partido para actuar contra otros disidentes.
Beijing (AsiaNews)- Después del confinamiento de Shanghai, cada vez más personas decidieron abandonar China: en muchos casos se trata de activistas y disidentes perseguidos por el régimen, pero muchas veces los que emigran son personas que buscan mejores oportunidades económicas. Pero en el flujo también hay quienes acaban estableciendo “estaciones de policía” en el extranjero, vigilando y oprimiendo a otros solicitantes de asilo.
Ante un mercado laboral desolador, los contenidos que explican cómo emigrar (aunque sea ilegalmente) a Estados Unidos se han puesto de moda en el TikTok chino, llamado Douyin. Según datos de la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos, más de 6.500 ciudadanos chinos han llegado a la frontera entre EE.UU. y México desde octubre de 2022, una cifra 15 veces superior respecto al mismo periodo del año anterior.
El viaje a Estados Unidos comienza en Ecuador, donde los ciudadanos chinos no necesitan visado. Los migrantes navegan por la selva tropical y atraviesan países centroamericanos para llegar a la frontera entre Estados Unidos y México. Hasta hace poco, eran pocos los ciudadanos chinos que elegían esta ruta más peligrosa para entrar ilegalmente en Estados Unidos, porque además del duro entorno de la selva tropical y las enfermedades, los migrantes también están amenazados por la mafia y las bandas criminales, arriesgándose a sufrir robos, extorsiones y abusos sexuales.
Algunos migrantes comparten sus experiencias de entrada en Estados Unidos en Tiktok y Twitter, e incluso cobran una “tarifa por la consulta” cuando se les pide consejos sobre el viaje. Una vez que pisan suelo estadounidense, se entregan a la patrulla fronteriza e inmediatamente solicitan asilo para evitar que los deporten.
China es uno de los principales países de origen de los inmigrantes que llegan a Norteamérica y Europa. Los migrantes proceden principalmente de las zonas costeras de Fujian y Zhejiang por tradición y razones económicas, pero hoy en día cada vez más ciudadanos chinos buscan asilo en el extranjero a causa del control que ejerce Xi Jinping sobre la sociedad y la represión de los movimientos sociales y las prácticas religiosas. En los tres años de pandemia de covid-19, a pesar de las restricciones para viajar, aumentó el número de chinos solicitantes de asilo en todo el mundo, mucho más que el total registrado en la década de gobierno del ex presidente Hu Jintao.
Jie Lijian (界立建), un activista que vive en Los Ángeles y distribuye mantas a los recién llegados chinos durante el fin de semana, declaró a AsiaNews que esta es una forma de darles la bienvenida a los inmigrantes que llegan a Estados Unidos, con la esperanza de que “acaten la ley estadounidense y respeten los valores de libertad y democracia”.
Hay una gran comunidad china en Los Ángeles porque es la primera parada que hacen los inmigrantes ilegales en busca de trabajo. Jie ha experimentado el impacto del aumento de inmigrantes chinos: “El año pasado era muy fácil encontrar empleo, pero ahora los salarios están bajando y muchos no tienen trabajo”.
Jie ha acogido a varios solicitantes de asilo que huyeron de China, entre ellos activistas, peticionarios y cristianos perseguidos, aunque admitió que la mayoría de las veces se trata de migrantes económicos, porque las autoridades chinas no expiden pasaportes a los disidentes precisamente para prohibirles viajar al extranjero. “Según mis observaciones, alrededor del 70% se infiltra en Estados Unidos a través de la selva por motivos económicos. Tienen sus propios problemas, como el fracaso de sus negocios, la bancarrota, los juegos de azar y la usura. A veces fingen apoyar movimientos sociales y se limitan a tomar algunas fotos durante las protestas como “prueba”. Después de obtener asilo, algunos vuelven a apoyar al Partido Comunista Chino y persiguen a otros disidentes”, explicó Jie. Puso como ejemplo a un grupo de migrantes de la provincia de Fujian que, después de obtener la residencia permanente, establecieron “estaciones de policía” en Estados Unidos, extendiendo de hecho la persecución en el extranjero. Estos núcleos persiguen a los disidentes vigilando y acosando a las víctimas para obligarlas a regresar a China. Operan bajo la tapadera de organizaciones de expatriados en Fujian y Zhejiang, pero en realidad están controlados por la policía china.
En abril, la policía estadounidense detuvo en Nueva York a dos personas vinculadas a este tipo de represión transnacional, y el Departamento de Justicia de la ciudad anunció la imputación de 34 agentes chinos. “También se han identificado “comisarías” chinas en los principales países europeos: según un informe de Safeguard Defenders, Italia albergaría 11, el número más alto.
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