Por Carlos Fuentealba V.

Ya son 6 millones 41 mil las personas de nacionalidad venezolana que han dejado su país para buscarse la vida en otras tierras, huyendo de la miseria y la violencia estatal. De ellas, 173.200 eligieron venir a Argentina donde, a pesar de la inestable situación económica, han encontrado hospitalidad y oportunidades. O al menos, mucho menos hostilidad de lo que esta migración- la segunda más importante del mundo después de los sirios- ha encontrado en otros países del continente.

Venezolana

A petición de R4V, una plataforma internacional para los migrantes y refugiados venezolanos, la Red de Investigaciones en Derechos Humanos de CONICET realizó un estudio de diagnóstico para caracterizar a esta migración de carácter reciente que presenta bastantes particularidades respecto de otros colectivos de migrantes y que, además, también presenta diferencias respecto a las migraciones venezolanas que llegan a otros países.

Es llamativo, por ejemplo, su nivel de educación: el 67% de los venezolanos en Argentina posee estudios superiores terciarios y/o universitarios finalizados y sólo un 3% no terminó la secundaria. Este escenario contrasta con la realidad de la migración venezolana en Chile y Ecuador, donde el 35% contaba solo con estudios
secundarios, el 33% con título universitario y el 28% con estudios técnicos.

Según Natalia Debandi, investigadora responsable del estudio, el nivel educativo es más alto que en otros países principalmente por la distancia. “La mayoría de la gente llega en vuelos, en avión, teniendo cierto nivel socioeconómico que les permitió hacer ese viaje. Pero también porque Argentina es un polo que atrae mucho por su sistema educativo. Hay muchas personas que llegan con intenciones de especializarse en maestrías o doctorados”, dijo.

La mayoría de la gente llega en vuelos, en avión, teniendo cierto nivel socioeconómico que les permitió hacer ese viaje. Pero también porque Argentina es un polo que atrae mucho por su sistema educativo. Hay muchas personas que llegan con intenciones de especializarse en maestrías o doctorados.

Capítulo aparte merece el problema de la convalidación de títulos y la acreditación de estudios en el caso de esta población, así como la gran brecha que existe entre su nivel de calificación y su situación laboral: la mayoría, un 61%, de las personas migrantes venezolanas considera que se encuentra sobrecalificada para el trabajo que realiza en la Argentina.

La migración venezolana es mayoritariamente femenina (51%) y joven: un 39% tiene menos de 30 años y un 73% menos 40.

En cuanto a las distintas razones combinadas que promueven el desplazamiento de personas venezolanas hacia la Argentina, destaca la incapacidad para cubrir las necesidades básicas, mencionado en un 83% de las respuestas. Este dato duplica a la media de los otros colectivos migrantes, que también señalan este motivo.

Un 29% de los encuestados venezolanos, en tanto, señaló haber venido para librar de las violencias y/o persecuciones, bien detalladas en el informe de la Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet.

Según Elisa Trotta, abogada caraqueña y ex representante de Venezuela en Argentina, “la persecución tiene que ver principalmente con los grupos de tarea de Maduro y cuando se sale del territorio venezolano, cesa. Pero siempre existe un temor, especialmente en los países donde los gobiernos no toman dimensión del peligro de lo que significa el régimen de Nicolás Maduro”.

La persecución tiene que ver principalmente con los grupos de tarea de Maduro y cuando se sale del territorio venezolano, cesa. Pero siempre existe un temor, especialmente en los países donde los gobiernos no toman dimensión del peligro de lo que significa el régimen de Nicolás Maduro

Debandi, en tanto, aclaró que en el diagnóstico no apareció el temor político como un factor. “Aparecieron más temores económicos. En la sociedad argentina no hay conciencia en general sobre la situación de la población migrante. Se toman lugares comunes, se vinculan y se politizan ciertos colectivos para unos aspectos o para otros, sin entender que la población migrante en general se encuentra siempre más expuesta a situaciones de explotación, a vulneración de derechos, a problemas laborales, a falta de información“, explicó.

La investigadora, pese a todo, considera que la asimilación de los venezolanos a Argentina ha sido menos complicada que en otros países y creen que, aunque sea difícil, es importante que en Latinoamérica se legitimen instancias para abordar la situación de una manera más conjunta.

La Harina Pan, para preparar arepas, se encuentra cada vez en más lugares de Argentina.

Una respuesta más coordinada en Latinoamérica es dificilísima porque se conjugan muchos intereses políticos y regionales que están en tensión y que son los intereses que han llevado a que desaparezca la Unasur, a que el Mercosur esté debilitado”, explica Debandi. “No se puede menospreciar lo que se hace en las fronteras, en los espacios de emergencia, pero en los procesos de integración de más largo plazo dejan de ser efectivos. Allí dejan de alcanzar, por lo que hay que articular más con las organizaciones de la sociedad civil”.

No se puede menospreciar lo que se hace en las fronteras, en los espacios de emergencia, pero en los procesos de integración de más largo plazo dejan de ser efectivos. Allí dejan de alcanzar, por lo que hay que articular más con las organizaciones de la sociedad civil.

Elisa Trotta, en tanto, se manifiesta agradecida de la sociedad argentina: “Este es un país que desde el punto de vista legal y social ha sido muy abierto a los migrantes. Sí ha habido episodios xenofóbicos, pero no es el común denominador. Igualmente hay que ver que la xenofobia tiene en general que ver con políticas de gobiernos que la incentivan”.

Fuente:diarioconvos