El hombre le contó a Carrillo una historia que ya había escuchado muchas veces antes, de migrantes que lo arriesgan todo por llegar a Estados Unidos, soportando temperaturas de más de 100 grados y abandonados por coyotes sin escrúpulos.

Hasta ahora él y sus hombres han encontrado los restos de solo cuatro personas, muchas menos que las 20 que encontraron el año pasado.

“La nueva tecnología hasta ahora ha sido muy efectiva”, dijo Carrillo, sheriff del condado de Culberson por seis periodos.

Ubicado a unas 120 millas al este de El Paso, el condado el año pasado registró una cantidad récord de personas que murieron en el escarpado y montañoso paisaje del Oeste de Texas.

Carrillo halló tantos cuerpos que empezó a llevar bolsas mortuorias en su camioneta, sin olvidar por supuesto su chaleco antibalas.

“Es una situación terrible, pero hasta ahora hemos rescatado a bastantes personas en peligro gracias a las nuevas herramientas y eso es alentador”, dijo.

El sheriff se refiere a lo que la Patrulla Fronteriza llama “multiplicador de fuerzas”.

Por ejemplo, docenas de balizas de rescate (localizadores de emergencia) de 30 pies de alto con paneles solares, que pueden ser la salvación para los migrantes que se encuentran perdidos y necesitan ayuda, han sido colocados a lo largo de la frontera.

Este año se instalaron más localizadores de emergencia con más tecnología en los sectores de El Paso y Big Bend, incluido el condado de Culberson, ubicado en una de las zonas más peligrosas para los migrantes por su lejanía.

Hay cientos de letreros de metal que tienen grabado un código para que los migrantes llamen al 911 desde sus propios teléfonos celulares y alerten a los agentes de su ubicación.

Las llamadas son trianguladas con otras autoridades, como la oficina del sheriff Carrillo.

Y aparte están las “torres de vigilancia autónomas” (AST), que funcionan con energía solar.

Estas torres móviles cuentan con un sistema de inteligencia artificial que utiliza imagen térmica, cámaras y radar para determinar si un objeto que se mueve es un animal, un vehículo o una persona.

Cada una de ellas transmite sus coordenadas de ubicación a los agentes de la Patrulla Fronteriza.

Más allá de permitir detectar a personas que cruzan la frontera, las torres de vigilancia “hacen saber a los agentes que hay migrantes en una situación crítica y que necesitan ser restacados”, dijo Landon Hutchens, vocero de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) para el Sector El Paso.

El año con más muertes

En el año fiscal 2021 los agentes efectuaron 688 rescates.

En lo que va del año fiscal 2022, que empezó en octubre, los agentes han realizado más de 350 rescates, y eso que todavía no comienzan los días más difíciles del verano, asienta Carlos Rivera, vocero de la Patrulla Fronteriza para el Sector El Paso.

“Exhortamos a los migrantes a acercarse a las balizas o a los letreros metálicos con el 911, que aprieten el botón para pedir ayuda, para que no se expongan a una posible muerte en el desierto”, dijo Rivera.

Acotó que es muy pronto para saber con estadísticas qué tan efectivas han sido las nuevas herramientas.

Pero, por referencias anecdóticas, se sabe que se han hecho por lo menos dos rescates gracias a los letreros del 911 y por lo menos cinco a que los migrantes presionaron el botón en los localizadores de emergencia.

Este año el sector ha registrado 23 muertes debido a caídas de lo alto del muro fronterizo, hipotermia, ahogamiento e insolación.

“Veintitrés muertes son demasiadas”, dijo Rivera, señalando que el sector había registrado 39 un año antes.

La Organización Internacional de Migraciones, una dependencia de las Naciones Unidas con sede en Suiza, concluyó que 2021 fue un año récord de muertes de migrantes que trataron de cruzar la frontera México-Estados Unidos.

El pasado mes de diciembre la organización informó que como mínimo 650 personas perdieron la vida en la frontera México-Estados Unidos en 2021, el año con más decesos desde que empezó a llevar ese registro en 2014.

Fernando García, director ejecutivo de Border Network for Human Rights, estima que el número de muertes en realidad es mayor.

García lo atribuye al Título 42, la orden de salud pública heredada de la administración Trump que permaneció en vigor bajo el gobierno de Biden.

Dicha disposición consiste en devolver inmediatamente a los migrantes a México sin darles la oportunidad de pedir protección humanitaria de Estados Unidos bajo el pretexto de tratar de contener la pandemia de coronavirus.

Muchos migrantes encontrados en los remotos condados de Culberson, Presidio, Hudspeth y El Paso simplemente regresan al vasto desierto chihuahuense y empiezan a caminar otra vez.

“Entre más impedimentos enfrentan los migrantes, mayores las ganancias de los contrabandistas, porque es dinero fácil y casi no sufren consecuencias”, dijo García.

“El gobierno de Estados Unidos también tiene sangre en sus manos”, dijo, al tiempo que pidió una reforma migratoria integral.

Otros peligros

Pero el calor extremo es solo uno de los peligros mortales que enfrentan los migrantes en su arriesgada travesía hacia el norte, dice Hutchens.

Los migrantes también se están ahogando en los canales de irrigación, que van llenos en esta época del año porque el agua ha sido liberada de la presa Elephant Butte en Nuevo México hacia el río Grande, de donde se distribuye a una red de acequias a lo largo de la frontera.

En una sola semana de junio, por lo menos tres cadáveres fueron recuperados en la frontera de El Paso.

Varias personas más fueron rescatadas.

(La Patrulla Fronteriza planea hacer una presentación en los medios de comunicación este mes para advertir a los migrantes de los peligros de cruzar la frontera en verano).

El FBI y otras corporaciones están intensificando los llamados al público para que reporte cualquier actividad sospechosa en sus inmediaciones que pudiera indicar la existencia de una “casa de seguridad”, ya que un mayor número de migrantes están siendo retenidos a cambio de un rescate en la región de El Paso.

El FBI, la Patrulla Fronteriza y el Departamento de Seguridad Pública de Texas (DPS) recientemente rescataron a 14 migrantes indocumentados que estaban retenidos en casas de seguridad contra su voluntad en la región de El Paso.

En total, 65 víctimas han sido rescatadas desde febrero, refirió el agente especial a cargo Jeffrey R. Downey, quien hizo un exhorto a la comunidad a denunciar y ayudar a “erradicar de nuestra ciudad este crimen violento y a proteger a la población vulnerable”.

Agentes federales arrestaron a un hombre identificado como Emigdio González-Gamboa, de 33 años, en su domicilio de Anthony, Nuevo México, y lo acusaron de albergar a inmigrantes indocumentados, entre ellos una mujer hondureña retenida durante seis semanas.

“De modo que si a usted no lo mataron en la guerra entre cárteles, o si no se muere en el desierto o ahogado en un canal… digamos que logra llegar a una casa de seguridad después de haber pagado el dinero que tanto esfuerzo le costó para ser introducido a Estados Unidos, su familia todavía tiene que pagar las cuotas de secuestro y rescate”, dijo Hutchens.

“Los coyotes son la escoria del mundo”.

Carrillo no le ve un fin próximo a la inmigración. Su principal labor es resolver delitos locales, como robo de ganado o robos residenciales.

Pero nunca deja de frecuentar el desierto chihuahuense, donde cada año mueren muchos migrantes de golpes de calor, deshidratación, o de hipotermia en invierno, porque muchas veces son abandonados por los coyotes.

El año pasado fueron 34, entre ellos un chico ecuatoriano de 15 años. Había viajado al norte con su padre, de 35 años, quien había regresado de Nueva York para reencontrarse con él y llevarlo a Estados Unidos.

Los dos fueron abandonados por el coyote.

Carrillo y uno de sus agentes los hallaron. El hijo murió. El padre fue llevado a un hospital y tras recuperarse fue devuelto a México.

Carrillo ya no volvió a saber de él, pero no olvida el caso, que dice es un recordatorio de la necesidad de ayudar a las familias a encontrar resignación.

Con frecuencia Carrillo publica en su página personal de Facebook detalles de los restos que encuentra y conecta con las familias en toda América Latina o Estados Unidos ansiosas de noticias sobre sus seres queridos.

Es por eso que los localizadores de emergencia —un total de 17, más dos que serán instalados en los próximos días— y los casi 100 letreros de metal colocados en el Sector Big Bend de la Patrulla Fronteriza —que abarca al condado de Culberson— le dan esperanza de que este año será diferente.

Su departamento, compuesto por 10 oficiales, está recibiendo un promedio de 15 llamadas de auxilio por semana, “15 llamadas que pudieron haber sido casos de muerte”, dice.

“Se supone que junio es el mes más caliente, y julio no será mucho mejor”, dijo. “Será mejor que encontremos la forma de salvar vidas porque nada parece disuadir a estas personas de cruzar”.

Fuente: dallasnews.