Bathily, en el cargo desde septiembre, se refirió al tema en un informe ante el Consejo de Seguridad de la ONU, que hoy volvió a tratar el complejo escenario libio, donde dos gobiernos se disputan el poder en una precaria tregua mientras el proceso político para crear una autoridad unificada permanece estancado.
Como todos los países del Magreb, Libia es desde hace una década uno de los lugares de tránsito de migrantes desde África hacia Europa, pero en Libia su situación es especialmente difícil porque las autoridades recurren sistemáticamente a su detención en distintos centros.
“Los emigrantes y solicitantes de asilo que atraviesan el Mediterráneo Central desde Libia siguen siendo interceptados por las autoridades libias, enviados de vuelta a Libia y enviados a centros de detención”, dijo Bathily, que pidió buscar “alternativas” a la mera detención para enfrentarse a la migración ilegal.
Pero además -recordó- en esos centros de detención los migrantes “sufren graves violaciones a los derechos humanos”, algo que vienen denunciando distintas organizaciones de apoyo a la emigración, que describen situaciones de hacinamiento, malos tratos y corrupción sistemática en estos centros.
Según cifras de la Organización Internacional de Migraciones (OIM), entre enero y agosto de este año 12.941 personas – 462 de ellas menores – han sido devueltas a Libia, 206 han fallecido y 712 han desaparecido en la ruta migratoria del Mediterráneo Central, la más mortífera de las conocidas que los migrantes realizan en embarcaciones precarias, fletadas por mafias que se lucran en Túnez y el oeste de Libia.
Fuente: Swissinfo