Según declaraciones de ayer de la ONU, las necesidades humanitarias de Afganistán superan las de Siria y Turquía después de los terremotos. Los talibanes exhortan a la población a no utilizar las vías ilegales de migración, pero son 28 millones de personas (de una población de 42 millones) las que necesitan ayuda.
Después de la retirada estadounidense de Afganistán en 2021 y la reconquista del país por los talibanes, las condiciones de vida de la población se deterioraron drásticamente. Según declaró ayer en rueda de prensa Ramiz Alakbarov, vice Representante Especial de Naciones Unidas y Coordinador Humanitario para Afganistán, unas 700.000 personas perdieron su trabajo en los últimos 18 meses. En el mismo periodo, el producto interior bruto (PIB) disminuyó un 35%, mientras que el costo de los alimentos aumentó un 30%. Al menos 28 millones de personas (incluidos más de 15 millones de niños de una población de menos de 42 millones) dependen de la ayuda humanitaria y “Afganistán sigue teniendo la mayor crisis humanitaria del mundo en 2023, a pesar, por supuesto, de los recientes terremotos devastadores en Turquía y Siria”, declaró Alakbarov. Además, añadió que el 75% de los ingresos de los hogares afganos se gasta en alimentos.
Las agencias de la ONU declararon que necesitan al menos 4.600 millones de dólares para hacer frente a la situación humanitaria. También se calcula que en 2023 se necesitarán al menos 18,3 millones de dólares para retirar minas y desmantelar artefactos explosivos. Después de décadas de conflicto, Afganistán es, de hecho, uno de los países con mayor índice de contaminación por artefactos explosivos del mundo, y se calcula que alrededor del 15% de la población tiene algún tipo de discapacidad a causa de las minas, la pobreza y la falta de acceso a servicios básicos.
En cuanto a las restricciones impuestas a las mujeres, no se registraron “avances alentadores” en materia de educación, prosiguió Alakbarov, pero añadió que los talibanes hicieron algunas excepciones a la participación de las mujeres en determinados sectores, como en la salud. En los últimos cuatro meses, las autoridades talibanas también interfirieron en la distribución de ayuda a la población: “La mayoría de los problemas de acceso, y lo que está llevando a la suspensión temporal de los programas humanitarios en los últimos tiempos, están relacionados con las directivas contra las mujeres afganas que trabajan para ONG nacionales e internacionales”, explicó el representante especial adjunto. “No está relacionado con cuestiones de seguridad y seguimos disponiendo de un buen acceso físico en todo el país”, añadió.
Fuente: asianews.it
