Dacca, 26 may (EFE).- El presidente de la Asamblea General de la ONU, Volkan Bozkir, visitó este miércoles los campamentos rohinyás en el sureste de Bangladesh, donde los refugiados solicitaron la intervención internacional para que Birmania (Myanmar) les conceda la ciudadanía y permita que sean repatriados a su país.
Bozkir llegó bajo una intensa tromba de agua al distrito de Cox’s Bazar, donde se encuentran los campamentos, y allí se reunió con una treintena de rohinyás durante la media hora que estuvo en el lugar, afirmó a Efe el comisionado adjunto de Bangladesh para Refugiados, Ayuda y Repatriación, Mohammad Shamsuddoha, que lo acompañó.
“Los rohinyás solicitaron a la Asamblea General de la ONU, a través de él, que ejerciera presión (sobre Birmania) en relación a su ciudadanía y tomara medidas para garantizar su repatriación voluntaria, digna y segura a Myanmar”, dijo Shamsuddoha.
Bozkir había llegado a Bangladesh el martes en una visita de dos días.
En un acto en Dacca ayer, el presidente de la Asamblea General expresó su preocupación por las implicaciones humanitarias de las recientes acciones del Ejército birmano en el país vecino e instó a que se ponga fin de inmediato a la violencia.
Además, añadió que no debe olvidarse la orden de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) del año pasado sobre Birmania, en la que se pedía al país asiático hacer todo lo posible para prevenir un genocidio contra los rohinyás.
“Esta orden conserva su urgencia y no debe olvidarse mientras nos enfrentamos a nuevos desafíos relacionados con el golpe (de Estado en Birmania) y sus violentas secuelas”, subrayó Bozkir.
El presidente de la Asamblea General de la ONU dijo además que se debe garantizar la seguridad de los rohinyás y de otras minorías en Bangladesh.
“Se deben respetar sus derechos básicos, incluida la ciudadanía, y la creación de condiciones propicias para el regreso voluntario, seguro, digno y sostenible de todos los refugiados y desplazados internos rohinyá”, sentenció.
Unos 738.000 rohinyás llegaron a Bangladesh tras el estallido en agosto de 2017 de una campaña de persecución y violencia por parte del Ejército de la vecina Birmania, que la ONU calificó de ejemplo de limpieza étnica y un posible genocidio, crímenes de lesa humanidad que investigan los tribunales internacionales. EFE
Fuente:Swissinfo