El Gobierno de Ruanda asegura que hay más países que contactan con la nación subsahariana para deportar allí a refugiados demandantes de asilo
licó un acuerdo con Ruanda para deportar allí a los refugiados demandantes de asilo que entrasen en el país de manera ilegal. El 15 de junio, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) paralizó la primera deportación basándose en un informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) sobre la situación de los solicitantes de asilo en el país subsahariano, así como en la inexistencia de una decisión firme sobre la demanda de refugio de varios de los deportados.
No obstante, lo ocurrido en Reino Unido no es un caso aislado. Hace unos meses, el ministro de Inmigración de Dinamarca anunció en una entrevista con Reuters que había iniciado conversaciones con Ruanda para trasladar allí a los solicitantes de asilo que entrasen en el país. De hecho, a 1 de marzo de este año Dinamarca era el país que más había contribuido a la financiación de las operaciones de ACNUR en el país subsahariano, con una aportación de casi 2 millones de dólares.
Por otro lado, en 2018 salieron a la luz informaciones que indicaban que Israel también había realizado un pacto similar con el objetivo de deportar a 38.000 migrantes africanos irregulares, según informó el diario israelí Haaretz. Sin embargo, el Gobierno ruandés desmintió que esto fuera cierto. El pasado abril, tras anunciarse el acuerdo con Reino Unido, el presidente de Ruanda, Paul Kagame, deslizó en una rueda de prensa que hay otros países “contactándole” para el mismo asunto.
Ruanda ha duplicado las demandas de asilo en un año
Los últimos datos de ACNUR estiman que en Ruanda hay unos 130.000 refugiados reconocidos -que representan el 1,1% de la población total del país-, mientras que en Reino Unido el año pasado había 136.000 refugiados es decir, el 0,2% de la población.
En 2021, las demandas de asilo en Ruanda se duplicaron. Si 204 personas solicitaron el estatus de refugiado en el país subsahariano en 2020, en 2021 fueron 408. Desde 2010, esta cifra solo se había superado en 2012 y 2013, cuando tuvo lugar el conflicto armado hostigado por la guerrilla M23 en el este de la República Democrática del Congo, que obligó a más de 150.000 personas a abandonar sus hogares. De ellas, unas 30.000 llegaron a Ruanda buscando refugio. Hoy en día los congoleños todavía representan el 60% de los refugiados afincados en Ruanda.
Todavía quedan muchos refugiados por llegar a Ruanda
Según el Gobierno británico, a su socio subsahariano todavía le quedan muchos refugiados por acoger. “Ruanda tendrá la capacidad de reasentar a decenas de miles de personas en los próximos años”, dijo el primer ministro británico, Boris Johnson, tras anunciar el acuerdo.
Sin embargo, cabe destacar que Ruanda cuenta con casi 13 millones de habitantes y una densidad de población de más de 500 habitantes por metro cuadrado, según datos del propio Gobierno ruandés, que en un informe de 2014 ya describía la densidad de su país como “una de las más altas de África”. En Reino Unido, la densidad de población era de 273.000 habitantes por metro cuadrado en 2018 (últimos datos disponibles), la mitad que la de Ruanda, según los últimos datos de Eurostat.
Pese a ello, el Gobierno ruandés aprobó todas las solicitudes de asilo recibidas en 2021, mientras que en Reino Unido solo se aprobaron el 28% de las 55.000 emitidas. Y es que, como bien señala ACNUR, “alrededor del 85% de los refugiados viven en regiones en desarrollo, y no en países industrializados ricos”.
“Ruanda es un país abierto a acoger refugiados desde hace más de dos décadas. Siempre ha dejado las fronteras abiertas y se ha comprometido a poner en marcha el Pacto Mundial sobre Refugiados”, explican a Newtral.es desde el alto comisionado de la ONU, que en 2018 aprobó dicho acuerdo, el cual firmaron tanto Reino Unido como Ruanda, y que abogaba, entre otras cosas, por “inscribir y proveer de documentos a quienes soliciten protección como refugiados, especialmente en el primer país en que soliciten asilo y lo antes posible”.
¿Un paraíso para los refugiados?: las organizaciones internacionales de derechos humanos lo desmienten
El presidente de Ruanda, Paul Kagame -cuyo partido gobierna desde el año 2000 y que en las últimas elecciones de 2017 congregó el 99% de los votos– aseguró en una rueda de prensa que los refugiados que lleguen al país “vivirán una vida mejor” que en sus países de origen. Kagame también señaló que Ruanda buscará la manera para que aquellos refugiados que quieran quedarse en el país puedan hacerlo de manera legal y, en caso de no querer, puedan volver a sus lugares de origen o trasladarse a otros territorios que los acepten.
Sin embargo, asociaciones internacionales de derechos humanos como Amnistía Internacional o Human Rights Watch, consideran que la situación en Ruanda no es la adecuada para enviar refugiados.
Amnistía Internacional ha denunciado el “arresto de varios blogueros y comentaristas activos en YouTube” por hacer declaraciones en contra del Gobierno, una práctica que la organización critica que también se ha llevado a cabo con académicos, periodistas y miembros de la oposición. “La detención arbitraria, los malos tratos y la tortura en los centros de detención oficiales y no oficiales son habituales, y las normas sobre juicios justos se incumplen habitualmente en muchos casos”, coincide Human Rights Watch.
Tras darse a conocer el pacto entre Reino Unido y Ruanda, ACNUR también emitió un comunicado en el que expresaba su “fuerte oposición y preocupación”. La agencia de la ONU instaba a Reino Unido a “abstenerse” de ejecutar el acuerdo, ya que, a su parecer, Ruanda no cumple con las “garantías y estándares suficientes” de seguridad y respeto a los derechos humanos. Precisamente ante las oficinas de ACNUR en la capital ruandesa hubo una demostración de esta falta de garantías: en 2018, al menos 11 refugiados congoleños murieron a manos de la policía cuando se manifestaban por la escasez de comida.
La líder de la oposición, Victoire Ingabire -que salió de prisión en 2018 tras pasar encarcelada ocho años-, ha destacado en varias ocasiones que Ruanda se encuentra bajo una “dictadura”.
El acuerdo entre Reino Unido y Ruanda versus la legislación internacional
El Memorando de Entendimiento (MdE) firmado entre el gobierno de Ruanda y Reino Unido en abril establece un acuerdo de colaboración en materia de asilo entre ambos países. Este plan forma parte de las reformas del sistema de asilo y de la Ley de Nacionalidad y Fronteras británica y se enmarca dentro del Pacto de Desarrollo Económico y Migración entre el Reino Unido y Ruanda.
Este último pacto establece una cuota que Reino Unido pagará a Ruanda anualmente por acoger a los refugiados deportados, que asciende a 120 millones de libras (unos 144 millones de euros).
Según el acuerdo, se “reubicará” en Ruanda a los solicitantes de asilo “cuyas solicitudes no sean estudiadas por el Reino Unido”. El país africano se encargará de “tramitar sus solicitudes y aceptar o expulsar (según proceda) a las personas una vez que se decida su solicitud”, según el texto. En otras palabras, esto significa que cualquier persona que solicite asilo en el Reino Unido de forma “irregular” puede ser “reubicada” en Ruanda mientras las autoridades británicas tramitan su solicitud.
ACNUR señala a Newtral.es que este tipo de acuerdos “simplemente cambian las responsabilidades de asilo” y evaden las obligaciones internacionales. Cabe recordar que Reino Unido es uno de los países firmantes de la Convención de Ginebra de 1951, una de las principales referencias en materia de asilo de refugiados.
El artículo 33 de este texto establece que está prohibido “expulsar o devolver” a un refugiado a un país donde “su vida o su libertad peligre”, por lo que ahora falta saber si Ruanda debe considerarse (o no) un país donde estas personas puedan iniciar una vida segura, pero también a quién le corresponde tomar esta decisión.
Fuente: Neutral.
