Luis Alonso Galaz
En la historia reciente de relaciones de México y los Estados Unidos de América, siempre se ha destacado el grave problema de las crecientes migraciones de los mexicanos hacia el país vecino.
Actualmente es el más importante asunto prioritario de las relaciones bilaterales, que hoy tiene que ser atendido personalmente por la Vice Presidenta de los USA y por el mismo Presidente de México, debido a que enfrentamos la mayor ola migratoria de las ultimas décadas.
Es tan grande este problema humanitario que las proyecciones más actualizadas y autorizadas en Estados Unidos, estiman que este año tendremos que atender 2 millones de cruces de personas indocumentadas, de los cuales un 10 % por ciento, 200 mil, serían niños.
Este fenómeno de menores de edad refleja la crítica situación de pobreza, terror y miseria que sufren sus desesperadas familias al lanzar a sus niños solos hasta la frontera. Los niños migrantes incrementan nuestra situación de crisis humanitaria porque no tenemos las instalaciones adecuadas para atenderlos. Otra primicia que se está presentando, es que ahora son más los mexicanos que los centroamericanos, quienes huyen de los infiernos de violencia e inseguridad, que sufren en sus regiones rurales marginadas.
La migración aumenta por violencia y pobreza en México y Centroamérica. Además de las crisis sanitarias, económicas y sociales que provoca la Pandemia del Covid y obliga a los pobres a ir en busca del “sueño americano”; también la actitud del nuevo gobierno estadounidense, respetuosa de derechos humanos y a favor de corrientes migratorias, anima al pueblo para arriesgar sus
vidas e intentar cruzar la frontera a cualquier precio, en cantidades alarmantes.
De los 2 millones que intentan cruzar, (solo en marzo pasado se detuvieron a 173,331), se estima que un 40 % serían familias completas, un 50 % serían solteros solos y el restante 10 % los niños sin acompañantes.
Ahora peor, mientras las multitudes se aglomeran en la frontera en una crisis desbordada, el gobierno estadounidense de Joe Biden no cumple sus promesas de campaña, al mantener el bajísimo límite de admisiones de refugiados en solo 15 mil, el menor histórico impuesto por Trump. Ante la avalancha humana, los estadounidenses están presionando a Biden para que mantenga la política de mano dura de Trump para contener la migración, por lo que los migrantes están rebotando en la frontera con gravísimos problemas para nuestras ciudades fronterizas.
En consecuencia, tenemos una gran crisis humanitaria binacional que debemos atender de inmediato. La solución de una reforma migratoria integral en los Estados Unidos que se nos escapó desde los mejores años de Obama-Biden, vuelve a alejarse en este año por la Pandemia del Covid; sin embargo, esta terrible tragedia debe ser atendida con el máximo interés por ambos países.
Tenemos que instrumentar una estrategia de inversiones tipo Plan Marshall que reconstruyó Europa después de la segunda guerra mundial; y para ello, el gobierno estadounidense invertirá este semestre 861 millones de dólares para obras en Centroamérica, como parte de un total de 400 mil millones, generando empleos bien remunerados.
El autor es Doctor en Economía Internacional, Ph.D. Colorado St. University,USA. Internacionalista.
Catedrático de Relaciones MEXICO-USA en UNISON.
lugallaz51@gmail.com
Fuente: expreso,México