Migrantes llegan en un cayuco al puerto de La Restinga en El Hierro el pasado mes de noviembre. (REUTERS/Borja Suárez)
Según el balance a 30 de noviembre que realiza el programa “Inmigrantes desaparecidos” de la Organización de las Naciones Unidas para las Migraciones, casi tres de cada cuatro víctimas corresponden a la ruta canaria, una de las más peligrosas del mundo
Saben que la travesía es arriesgada y que pueden morir en el intento, pero aún así las personas migrantes se echan al mar tratando de buscar un futuro que les brinde oportunidades. Y este 2023 en el que España ya ha superado las 51.000 llegadas irregulares se ha convertido en unos de los años más mortíferos, ya que al menos 1.194 personas han fallecido en pateras y cayucos tratando de alcanzar las costas españolas por el Mediterráneo o Canarias, una cada siete horas, de acuerdo a los datos de la Organización de las Naciones Unidas para las Migraciones (OIM).
Las otras 326 personas perecieron tratando de llegar a España en barcas precarias a través del Estrecho de Gibraltar, el Mar de Alborán o la Ruta Argelina a Baleares, toda una región que los organismos internacionales suelen catalogar como “Mediterráneo Occidental”, informa la agencia Efe, lo que se traduce en casi un muerto diario en barcazas hacia la Península y Baleares.
Los datos que publica la Agencia Europea de Fronteras y Costas (Frontex) indican que, hasta final de noviembre, habían llegado en patera o cayuco a España 13.507 personas por el Mediterráneo Occidental y 32.422 por Canarias.
Las ONG reclaman vías legales y seguras
Las organizaciones que trabajan por los derechos de los migrantes como Accem aseguran que estas muertes se producen por la “ausencia de vías legales y seguras” para las personas que se ven obligadas a abandonar sus países de origen por situaciones de inestabilidad política, económica, social, persecución por orientación sexual u opiniones políticas, además de guerras y conflictos armados. Así lo ponen de manifiesto, indica a Infobae esta ONG, las 868 muertes en la ruta canaria, que este año ha cobrado especial protagonismo al superar las cifras de llegadas más altas registrada hasta ahora, “debido, en gran parte, a la inestabilidad política y social en la región africana del Sahel occidental”.
“Mientras sigan sin existir vías legales y seguras para que estas personas puedan solicitar protección internacional en territorio europeo, se verán obligados a jugarse la vida en rutas cada vez más peligrosas”, indica Accem. En ese sentido, la organización recuerda que el Pacto de Migración y Asilo alcanzado por los Veintisiete esta semana, que supone un endurecimiento en las condiciones de asilo y un mayor control de las fronteras exteriores del bloque, si bien “se muestra firme en su compromiso en la lucha contra las mafias, no establece estas vías legales y seguras”, por lo que muchas personas “seguirán poniendo en riesgo su vida en peligrosas rutas terrestres y marítima”.
Faltan datos de otros muchos naufragios
Por otro lado, si el balance de muertos y desaparecidos de la OIM se cruza con el de llegadas y rescates de Frontex, se observa que este año ha muerto en el Atlántico un migrante por cada 37 que ha desembarcado con vida en Canarias y, en el Mediterráneo, y uno por cada 41. No obstante, la OIM siempre precisa que sus cifras deben tomarse como un mínimo, porque reconoce que existe un buen número de naufragios en alta mar de los que no tiene ningún dato.
El número total de víctimas incluye un mínimo de 34 menores, 19 en la ruta canaria y 15 en el Mediterráneo Occidental, y no menos de 96 mujeres (84 en la primera ruta y 12 la otra). De acuerdo con el recuento de la OIM, en todos los meses de 2023 ha habido muertos y desaparecidos, tanto en Canarias como en el Mediterráneo.
El mes más trágico ha sido noviembre, con doce muertes diarias (353 en Canarias y nueve en el Mediterráneo), seguido de julio, con casi seis diarias (147 en Canarias y 31 en el Mediterráneo); y agosto, con cinco diarias (75 en Canarias y 80 en el Mediterráneo).
Fuente: Infobae