Los procesos migratorios surgen de variables históricas, económicas, geográficas y políticas; con especial énfasis en “la pobreza”, como la principal causa, por lo que su tratamiento debe ser muy concreto, solo así puede a mediano y largo plazo detenerse ese drama humano, ya sea de manera visiblemente masivo en caravanas, o masivamente disperso; las dos maneras son evidentes en la región americana y los intentos de restar movilidad a las personas parece no tener éxito, estos esfuerzos tienen elevados costos económicos, sociales y políticos; paradójicamente mientras las mercancías, los servicios y los capitales fluyen libremente por el mundo.
En el escenario actual, por la realidad sociopolítica y económica de la región y por el impacto regional del exacerbado tema de la migración, es necesario considerarlo de alta prioridad, mismo que debe ser tratado de manera coordinada por los países involucrados, tanto de origen, tránsito y de destino; su tratamiento unilateral descoordinado, cargado de parafernalia diplomática, seguramente no producirá más que reacciones de pitorreo. La prioritaria importancia solo puede concebirse con políticas públicas coordinadas a la luz de la opinión pública internacional no ideologizada y no corporativizada, que evidenciaría cambios en las diversas dimensiones del desarrollo social en la región, donde los gobiernos grandes y pequeños se preparen para un periodo de atención y tratamiento de los flujos migratorios de manera sostenida, en total relación con la imparable realidad del fenómeno que a pesar de las dificultades que presupone para los países receptores, conlleva aspectos que bien manejados, otorgarían beneficios de alcances geopolíticos de multilaterales beneficios, de ello puede devenir el pilar de la integración y garantizar así la fluidez de la circulación humana, porque la exclusión, alienta la violencia y el conflicto.
El plan para la seguridad y prosperidad del triángulo norte de Centroamérica anunciado recientemente por la administración Biden, necesita de la integración y participación de los gobiernos locales, en virtud que es un anuncio gubernamental, de lo contrario estará desvirtuando su carácter estatal; en consecuencia, la planificación debe incluir esfuerzos gubernamentales multilaterales para su buen desarrollo, con la necesaria regulación multilateral para su gobernanza regional en virtud del auge de la interdependencia; las criticas respecto a la inclusión de aparatos gubernamentales desgastados no tienen el suficiente peso argumentativo, en virtud que la fiscalización cuando es objetiva, no solo es evidente sino totalmente comprobable, sobre todo cuando el escrutinio es de carácter internacional.
El mapa geopolítico en la actualidad muestra flujos masivos de personas que a través de su trabajo deja huellas y aporta riqueza, tanto en países de origen como de destino; merece reflexión, creatividad y actuación; pues hasta ahora la geopolítica solo nos señala la conformación de grandes espacios de dominación económica regionales y crecientes zonas marginales y crecimiento de desigualdades y conflictos, en un mundo inmerso ya en desastres medioambientales, haciendo que las migraciones develen su parte más oscura, la exposición de las personas a una variedad de riesgos como: robo de su patrimonio, explotación, violencia sexual, secuestro e incluso la muerte, a lo largo de los recorridos en las diferentes vías.
David Barrientos
Guatemalteco con educación para el análisis de coyuntura, administración, dirección, alta gestión y coordinación de proyectos de seguridad, defensa, logística y manejo de crisis, con experiencias en el liderazgo de grandes unidades militares e interinstitucionales, actualmente consultor independiente y doctorando en ciencias sociales.
Fuente: Diario la Hora, Guatemala