Por: Julieth Riaño
Al menos 91 países ya comenzaron a vacunar a los refugiados, desplazados y solicitantes de asilo. Sin embargo, aún falta mucho para que todos sean incluidos en el proceso de inmunización. Entre los desafíos se cuentan eliminar barreras como el idioma, la desinformación y trámites administrativos que no les facilitan acceder a las vacunas.
Sin documentos, decenas de migrantes subsaharianos no pueden acceder a las vacunas que podrían aplicarles en Túnez. Presentar su identificación es necesario para que ingresen al registro donde serían incluidos en el proceso.
Es una realidad que comparten con otros refugiados, desplazados y solicitantes de asilo que se enfrentan a diferentes bloqueos que no les permiten recibir las dosis, como podría hacerlo un nacional.
“El refugiado no sabe cómo registrarse para la vacunación. Debería haber una campaña de sensibilización sobre este tema”, detalla Abdalahh Said, un refugiado sudanés.
Los esfuerzos en diferentes países para avanzar en el proceso de vacunación son positivos, pero en algunos casos los trámites administrativos lo obstaculizan. Por ello, ACNUR pide un cambio para que todos sean incluidos. Según Ann Burton, jefe de salud pública de la Agencia, “algunos de los requisitos que los gobiernos han establecido para registros de la vacuna requieren documentos de identidad nacionales que los refugiados y las poblaciones apátridas no tienen. Nuestro esfuerzo se centra en buscar un sistema para que los países acepten usar otros documentos”, asegura.
Mientras tanto, en Canadá, la vacuna contra el Covid-19 le da tranquilidad a un grupo de trabajadores agrícolas temporales. Llegados todos del extranjero, ya recibieron las dosis necesarias.
Fuente: france24.
