Sergio Mota Marín
China, al igual que Rusia y Paquistán, ven con interés la riqueza del suelo afgano para hacer negocios con los talibanes, lo que significa un potencial peligro geoestratégico. Ya existe una empresa china en Afganistán que ha invertido 2,900 millones de dólares…
La migración se ha convertido en un fenómeno mundial muy delicado y de difícil solución. Los países no están en condiciones óptimas de absorber a la población emigrante.
Coyunturalmente los países están inmersos en situaciones de estancamiento, básicamente por la pandemia y pocos presentan una recuperación económica como efecto de la aplicación de programas ambiciosos de gasto público. Pero no pueden ir muy lejos por el riesgo de calentamiento de sus economías.
Con la retirada de Afganistán de Estados Unidos y de sus aliados occidentales han huido en muy pocos días miles de personas, la mayoría afganos, mismos que fueron trasladados a muchos países. Además, se ha producido un atentado terrorista que mató a 183 personas. Lo ejecutó el ISIS enemigo de los talibanes.
Previamente, en migraciones anteriores, ya habían salido 180,000 afganos que se fueron a Alemania y a Austria, después a otros países.
La retirada de Estados Unidos y sus aliados ha creado un vacío de poder. El Grupo de los Siete países más desarrollados del mundo considera que la llegada de los talibanes al gobierno es una regresión, en donde el terrorismo, producto de una interpretación radical del Corán será la norma al igual que antiguas costumbres.
El proyecto ilusorio de una democracia islámica tutelada por Estados Unidos colapsó y lo que queda es una fuente de desestabilización.
También están en juego los enormes yacimientos de minerales que son importantes para la economía mundial de la energía limpia. Se trata de las minas de litio, cobre, oro, aluminio, mineral de hierro y los metales de tierras raras, entre los que sobresalen el cerio, el lantano y el neodimio, mismos que son fundamentales para la tecnología moderna.
Las tierras raras tienen un valor estimado de 3 billones de dólares. Afganistán es además el mayor productor de opio del mundo que genera un tráfico ilegal de 100,000 millones de dólares.
China, al igual que Rusia y Paquistán, ven con interés la riqueza del suelo afgano para hacer negocios con los talibanes, lo que significa un potencial peligro geoestratégico. Ya existe una empresa china en Afganistán que ha invertido 2,900 millones de dólares.
Se abre, por otro lado, un nuevo capítulo de migraciones y remesas. Estas sirven para satisfacer necesidades básicas de las familias de los que se van. Es por ello que algunos estados depredadores como son los del Triángulo Norte de Centroamérica han estimulado la cultura de la emigración y prefieren que una parte de su población emigre y envíe sus ahorros para que los que se quedan vivan mejor, olvidando el inmenso dolor de la emigración y en muchos casos, la esclavitud que estimula.
Sobre la salida de Estados Unidos de Afganistán hay varias respuestas.
El unilateralismo de Estados Unidos de salirse de manera abrupta vulnera el deseo multilateral de encontrar soluciones a los problemas mundiales.
Ahora los países más importantes que se aliaron con Estados Unidos para ocupar el país se encuentran amenazados por los fundamentalistas islámicos.
La población afgana que colaboró con la ocupación norteamericana es la primera en huir y pedir asilo.
Hay dos palabras que definen los acontecimientos con la salida de Estados Unidos: Arrogancia y fragilidad.
Fuente:eleconomista