En 1991, el joven ghanés Samuel Kofi Yeboah murió en un atentado contra el centro de acogida de solicitantes de asilo en el que residía.Imagen: Andrea Grunau/DW
El fallo del proceso, que se espera este lunes (09.10.2023), podría enviar una importante señal para las víctimas de violencia de extrema derecha y los perpetradores en Alemania.
Incendio doloso
Al abrir el recibimiento de pruebas, los representantes de la fiscalía general de ese estado federado confirmaron la acusación en contra del sospechoso Peter S., de 52 años, por el presunto asesinato de Samuel Kofi Yeboah, de Ghana, intento de asesinato en otros 20 casos e incendio doloso grave por convicciones nacionalsocialistas y racistas, algo que la defensa niega.
De acuerdo con la parte acusatoria, el sospechoso pertenecía a la escena de derecha de neonazis “skinheads” en Saarlouis, una ciudad de 35.000 habitantes en el occidental estado federado del Sarre.
En la noche del 19 de septiembre de 1991, habría entrado en un alojamiento para solicitantes de asilo, habríavertido gasolina sobre una escalera de madera y habría prendido fuego al edificio alrededor de las 3:30 horas de la madrugada. En ese centro de acogida, vivían refugiados de Ghana, Nigeria, Costa de Marfil, Mauritania, Sudán y la antigua Yugoslavia.
Una valiente testigo
Según la declaración de la testigo de cargo principal, que desencadenó nuevas investigaciones en 2019, el sospechoso habría reconocido, en 2007, ser el autor del atentado y habría nconfirmado que las autoridades nunca lo detuvieron. Cuando la mujer se enteró de que alguien había muerto en el incendio, fue a la Policía, pese a una posible venganza.
Ocho supervivientes del incendio se unieron al proceso en calidad de querellantes. Sus abogados agradecieron a la testigo de cargo su valiente declaración.
Defensa: Simpatizante sin motivos racistas
La parte defensora pidió una condena mucho menor, de cuatro años y medio de cárcel, por complicidad en el asesinato. El abogado Guido Britz argumentó que su cliente no cometió el crimen en 1991 y no actuó por motivos racistas.
En el momento del atentado, Peter S. habría sido un simpatizante nuevo en la escena de neonazis “skinheads”, que solo buscaba una familia sustituta.
Si bien al comienzo del proceso el acusado negó su participación, más tarde admitió haber estado presente cuando un conocido prendió fuego al centro de acogida de solicitantes de asilo.
Burlas contra el asesinado
Durante el proceso, se recordó cómo el joven Samuel Kofi Yeboah, de 27 años, luchó por su vida en la noche del 19 de septiembre de 1991. Otros solicitantes de asilo, que lograron salvarse saltando por ventanas y desde balcones y escaleras de incendio, escucharon sus gritos desesperados: “Me voy a morir, me voy a morir”.
El ghanés finalmente murió en el hospital como consecuencia de sus quemaduras.
En el juicio, se mostró cómo los miembros de la escena de skinheads se burlaban de la víctima, al compararla, por ejemplo, con una salchicha carbonizada. El acusado habría “sonreído maliciosamente” cuando se hablaba del atentado, según testigos.
Testigos de la escena de neonazis
Si bien los asesinatos no prescriben en Alemania, no es fácil esclarecer un crimen después de más de 30 años. Ya no existen pruebas como el bidón de gasolina. Desde noviembre de 2022, la sala penal del Tribunal Superior de Justicia de Renania Palatinado revisó miles de documentos e interrogó a 94 testigos.
Muchos testigos de la antigua escena de neonazis argumentaron no acordarse bien de los sucesos después de tanto tiempo. Otros aseguraron que, en aquel entonces, se “celebraron” los ataques contra extranjeros.
Una señal para víctimas y perpetradores
El esclarecimiento del incendio provocado en Saarlouis envía una señal a todas las víctimas y afectados por los atentados en contra de alojamientos de solicitantes de asilo en la década de 1990, opina el fiscal superior Malte Merz.
Por su parte, el abogado Björn Elberling, que representó a cuatro de los ocho querellantes, agrega que también es una señal para los perpetradores, de que no pueden sentirse seguros, de que no pueden confiar en la discreción en la escena de la extrema derecha.
Fuente: es.euronews