No obstante, este cortafuegos contra la extrema derecha comienza a derrumbarse: el domingo pasado, Merz seguro, en una entrevista con la televisión pública ZDF, que está bien trabajar con la extrema derecha a nivel local, lo que le valió duras críticas, también desde su propio partido.
Al asumir la dirección de la CDU, Friedrich Merz prometió reposicionar exitosamente a su partido y reducir a la mitad el apoyo a la populista AfD.
Sin embargo, actualmente, el partido de extrema derecha ha duplicado su apoyo y alcanza un 20 por ciento en intención de votos a nivel nacional.
Retórica de extrema derecha
Tras la invasión rusa en Ucrania, Alemania ha acogido a más de un millón de refugiados ucranianos, y los populistas de extrema derecha intentan profundizar los sentimientos antinmigración.
En la entrevista dicha, Merz aseguró que Alemania es un país decidido a ayudar en el mundo, pero que “no se debería abusar de esa ayuda”. Asimismo, agregó que solucionando “el problema de la migración”, la AfD perdería adeptos.
De cara a las elecciones regionales en Baviera, en octubre, tanto la conservadora CDU como su ala bávara, CSU, están adoptando cada vez más puntos del debate de la extrema derecha.
De acuerdo con el politólogo Werner Krause, de la Universidad de Potsdam, no sirve imitar a los populistas. En entrevista con DW, recuerda la fuerte reacción dentro del partido CDU, de la antigua canciller alemana, Angela Merkel, que acogió a cientos de miles de refugiados de Siria, Irak, Afganistán y África del Norte, en 2015.
La historiadora Katja Hoyer explica a DW que durante los 16 años de gobierno de Angela Merkel la formación conservadora de centro derecha CDU/CSU se convirtió en una especie de partido socialdemócrata de tendencia izquierdista. Esto creó un vacío en la derecha del espectro político.
El contexto europeo
En casi toda Europa, los partidos de extrema derecha antinmigración viven un auge . De ahí que algunos partidos mayoritarios hayan tratado de adoptar la retórica populista e implementar una línea dura de cara a la inmigración para recuperar votos. No obstante, los datos de 12 países europeos demuestran que se trata de una estrategia fallida.
Numerosos estudios llegan a la conclusión de que, una vez que un partido de extrema derecha se establece en la arena electoral, es muy difícil reducir su apoyo en las urnas, señala el politólogo Werner Krause. Asimismo, sostiene que, cuando un partido mayoritario adopta una política de inmigración más restrictiva, esto tiende a tener un efecto adverso ya que los votantes tienden a pasarse a los partidos de extrema derecha.
En Grecia y Francia, por ejemplo, las formaciones populistas Amanecer Dorado y Frente Nacional, respectivamente, han logrado establecerse entre las principales fuerzas electorales de la derecha.
En España, en cambio, el partido de extrema derecha Vox sufrió un grave revés en las elecciones del pasado 23 de julio. Los populistas obtuvieron 33 escaños, 19 menos que en los comicios anteriores. Si bien Vox preparó situarse como tercera fuerza, eso no logró para dar al PP la mayoría absoluta de 176 diputados necesarios para gobernar en alianza.
La historiadora Katja Hoyer subraya la importancia de que los políticos de los partidos mayoritarios se esfuercen en recuperar la confianza de los votantes. De lo contrario, éstos apoyarán cada vez más a la extrema derecha, lo que podría representar una “verdadera amenaza” a la democracia liberal.
Fuente: Dw