“Un infierno” que les repugna recordar, con escalofriantes escenas que van desde violaciones sexuales a mujeres y hombres y otras agresiones hasta canibalismo de aborígenes en el Darién, Panamá. Así lo describe una pareja de venezolanos que llegó a El Salvador con su pequeño hijo y que son una muestra del descomunal éxodo venezolano y que tiene como uno de los puntos de paso a El Salvador.
La pareja de migrantes venezolanos en El Salvador, mismos que prefirieron no identificarse por temor a ser localizados por autoridades del gobierno venezolano con quienes tuvieron diversos problemas.
“En la selva mi esposo me prestó su ropa porque los indios violan a las mujeres. Ellos tienen SIDA, y si un hombre intenta hacer algo, también lo violan; ellos son caníbales, vimos cómo se comían a unos haitianos que posiblemente ellos habían matado para luego comerlos”, detalló la mujer venezolana de 43 años.
Su esposo comentó que mucho de lo que se ve o cuenta del interior del Tapón es poco en comparación a lo que él considera como “el mismo infierno”, ya que lo que se vive adentro no suele ser relatado por los traumas que deja en la mente de las personas que lo cruzan.
“Ahí es el mismo infierno. A uno le cuentan cosas, pero vivirlo en carne propia es horrible. Nosotros entramos en grupo de 15 personas pero solo 8 salimos con vida. Los que no lograron sobrevivir fueron los que los indios se llevaron en la noche mientras dormíamos, no pudimos salvarlos”, expresó el hombre de 45 años.