Kayishema está acusado de haber asesinado, junto a otros individuos, a más de 2.000 hombres, mujeres y niños refugiados en la iglesia de Nyange, en la comuna de Kivumu, en torno al 15 de abril de 1994.
“Fue detenido ayer (miércoles) por la tarde”, indicaron los fiscales del Mecanismo Residual Internacional de los Tribunales Penales, a cargo de concluir las labores del Tribunal Penal Internacional para Ruanda (TPIR).
Buscado por su papel en el genocidio que a lo largo de un centenar de días arrojó la muerte de 800.000 tutsis y hutus moderados, estaba prófugo desde 2001, informaron en un comunicado.
Exinspector de policía, nacido en 1961 según el tribunal, fue inculpado de genocidio, complicidad en genocidio, complot para cometer un genocidio y crímenes contra la humanidad.
Según el acta de acusación, Kayishema es responsable, y también cómplice, de asesinato y lesiones graves a la integridad física o mental de miembros de la población tutsi, entre el 6 y el 20 de abril de 1994.
El sospechoso, que utilizaba el nombre falso Donatien Nibashumba, fue detenido en una finca vinícola en Paarl, a unos 60 km de Ciudad del Cabo, indicó la policía sudafricana en un comunicado.
– Buldózer –
Según los fiscales, el acusado habría “participado directamente en la planificación y ejecución” de la “masacre” de Nyange, “especialmente consiguiendo y distribuyendo gasolina para incendiar la iglesia con los refugiados en el interior”.
“Cuando esto falló, Kayishema y otros utilizaron un buldózer para derribar la iglesia, enterrando y matando a los refugiados en el interior”, precisó.
En los días que siguieron a los hechos, el acusado y otras personas habrían supervisado el traslado de cadáveres desde el templo a fosas comunes.
“Los supervivientes del genocidio se esforzaron para demostrar sus crímenes e instar a su detención”, declaró a AFP Naphtali Ahishakiye, secretario ejecutivo de Ibuka, organización paraguas de supervivientes.
Espera que su arresto envíe un mensaje claro a los demás fugitivos y cerebros del genocidio, “que nunca podrán escapar de la justicia”.
El arresto de Kayishema “garantiza que comparecerá ante la justicia por los crímenes de los que se le acusa”, afirmó el fiscal del organismo judicial, Serge Brammertz, citado en el comunicado.
“Hoy es un día dedicado a la memoria de las víctimas y los supervivientes del genocidio” que, 29 años después, “siguen llevando cicatrices físicas y mentales de su sufrimiento”, agregó.
– Alias y documentos falsos –
Kayishema utilizó múltiples pseudónimos y falsa documentación para esconder su identidad y contó con “una red de apoyos de confianza” para no ser hallado, según los fiscales.
Entre estos apoyos figuran personas de su familia, miembros de las otrora Fuerzas Armadas Ruandesas y las Fuerzas Democráticas de Liberación de Ruanda, precisaron.
Brammertz agradeció la cooperación de las autoridades sudafricanas en esta investigación, realizada en varios países.
Numerosos ruandeses fueron condenados por la justicia de su país, tribunales internacionales o de países occidentales, por hechos vinculados al genocidio de tutsis en 1994.
El TPIR ha condenado a 62 personas. Otros, como Augustin Bizimana, uno de los principales cerebros de la matanza, murieron sin haber comparecido ante la justicia internacional.
Los jueces de la ONU suspendieron en marzo el proceso a Félicien Kabuga, supuesto tesorero del genocidio ruandés en 1994, para decidir si su estado de salud le permitía estar en el banco de los acusados.
Fuente. us.noticias.yahoo