POR BENJAMÍN F. DEYURRE
Refugiados ucranianos cruzan la frontera a Medyka, en el sureste de Polonia, el lunes 28 de marzo de 2022.
Muchos inmigrantes hispanos, particularmente de Cuba, Venezuela y Nicaragua también vienen escapando de una guerra no declarada que ha usurpado sus países y los ha sometido a una feroz represión y a una miseria galopante. Evidentemente, estos países no han sido bombardeados por aviones de guerra, ni su población ha sido masacrada por el fuego enemigo, y esto marca una gran diferencia.
Sin embargo, las desapariciones, los encarcelamientos, las ejecuciones extrajudiciales, la ausencia de libertad de prensa, la falta de trabajo, la pobreza extrema y el control generalizado del Estado sobre los individuos y las empresas, ha determinado que de estos países hayan emigrado, y continúan haciéndolo, un voluminoso contingente de personas.
Los ucranianos, escapando aterrorizados ante la brutal invasión rusa, han huido a varios países vecinos principalmente, estimándose su estampida en unos 4 millones de personas, y más 6.5 millones que han sido desplazados de sus viviendas. La ayuda que están recibiendo los ucranianos es masiva. Por ejemplo, el pasado 3 de marzo, la Unión Europea invocó por primera vez una directiva que permitirá a los nacionales de Ucrania vivir, trabajar y recibir beneficios en toda la comunidad europea, sin necesidad de solicitar asilo.
Las noticias locales nunca han sido más importantes Suscríbase para obtener acceso digital ilimitado a las noticias importantes de su comunidad #TUNOTICIALOCAL Muchos europeos les han ofrecido albergue en sus casas y varios países contribuyen con esta causa. Polonia concede hasta $9 diarios por refugiado, por un período de dos meses. El Reino Unido ha establecido un pago de $460 por cada albergue.
En Modena, Italia, las autoridades establecieron refugios en las escuelas para los niños. Por su parte, Estados Unidos anunció que recibirá hasta 100,000 refugiados ucranianos, y Canadá a su vez se ha pronunciado a favor de recibir a todos los inmigrantes que procedan de la estampida ucraniana. Los inmigrantes latinoamericanos que arriban a EEUU generalmente tienen dos motivos principales para emigrar de sus naciones: la represión que padecen de los regímenes gobernantes y/o la inmensa pobreza que los agobia.
La mayoría de los hispanos que ingresan a EEUU a través de la frontera con México intentan establecerse en el país sin tener documentación legal para su permanencia. Mientras tanto, desempeñan un sinnúmero de oficios, que garantizando su subsistencia, también aportan a la economía nacional. Disfrutan de educación gratuita, asistencia médica y todos los servicios que la gran nación americana les ofrece.
Con el tiempo, se asimilan a su país adoptivo y pueden, incluso, alcanzar la residencia y hasta la ciudadanía estadounidense. Referente a los ucranianos, la ayuda ha sido tan masiva, que hasta renombrados políticos han cambiado su postura. Por ejemplo, en el 2015, el primer ministro húngaro Viktor Orban fue el primer líder europeo que planteó la construcción de una muralla para contener la inmigración siria de entonces.
Sin embargo, actualmente, ha admitido 340,000 inmigrantes ucranianos. Esta es una ayuda humanitaria y el mundo entero está uniendo sus esfuerzos para socorrer a los refugiados en esta barbarie. No obstante, como en todo, las cosas pueden cambiar, como ocurre con las familias recién llegadas a nuestras casas.
Por ejemplo, Suecia y Alemania que en sus comienzos ayudaron a los refugiados sirios, posteriormente pactaron con Turquía para que evitara el acceso de estos refugiados al resto de Europa. Esto se asemeja a la política que una vez adoptó EEUU con los inmigrantes en su frontera. EEUU pactó con México para que los solicitantes de asilo tramitaran el mismo desde territorio mexicano, sin acceder al territorio norteamericano. Al principio todo marcha bien, pero después surgen los problemas.
Sobre el particular, Filippo Grandi, el jefe de la Agencia de Refugiados de las Naciones Unidas, declaró textualmente a Político: “La solidaridad se puede agotar y provocar una reacción”.
En este sentido, las ciudades sobresaturadas de inmigrantes suelen ser las primeras en reaccionar, como está ocurriendo ahora en Varsovia, la capital de Polonia. Rafal Trzaskowski, su alcalde, al ver su población incrementada en 17% manifestó “mientras llegue más gente, peores estaremos”. Como una solución, la ministra alemana de asuntos exteriores Annalena Baerbock propone crear “un túnel humanitario” para canalizar a ios Inmigrantes por toda América.
Una idea semejante pudiera instituirse para los inmigrantes hispanos, que podrían ser absorbidos por otros países. Tal vez hasta un “cambalache” internacional puede ser concebido con este propósito, en lo que sería una especie de “globalización” del proceso inmigratorio. Económicamente hablando, se calcula que los cuatro países más grandes de la Unión Europea verán aumentar su déficit presupuestario en 1.1% de su PIB.
Sin embargo, se estima que en el largo plazo el aporte de los ucranianos al fisco será tan importante como el aporte de los hispanos a la economía de EEUU en el mismo plazo. Opino que no hace falta una cruel guerra y menos una asesina invasión para crear conciencia de que debemos regularizar la situación inmigratoria en EEUU, a los fines de tener una política uniforme con los hispanos, que en definitiva conforman una parte importante de nuestra sociedad.
Fuente: elnuevoherald.