La reputación de Dinamarca como un país tolerante y abierto a la migración continúa desmoronándose. El gobierno socialdemócrata de Mette Frederiksen adoptó un controvertido plan para repatriar refugiados sirios porque, insiste, la seguridad en Siria ha “mejorado significativamente”.
La ley de inmigración danesa dice que los permisos de residencia temporal se expiden sin fecha límite en casos de “situación particularmente grave en el país de origen caracterizada por violencia arbitraria y ataques contra civiles”, y que pueden revocarse una vez que se considere que las condiciones han mejorado.
Es decir, para el gobierno danés ya es “seguro volver a casa”, y por esta razón se le ha negado la renovación del estatus de residencia temporal a por lo menos 189 sirios, mientras que cerca de 500 continúan esperando por una reevaluación.
“La política del gobierno está funcionando y no daré marcha atrás, no sucederá. Les hemos dejado en claro a los refugiados sirios que su permiso de residencia es temporal y que el permiso puede ser revocado si la necesidad de protección deja de existir”, dijo el ministro de Inmigración danés, Mattias Tesfaye, a la agencia AFP.
Pero el informe en el que se basó el gobierno para tomar este camino es dudoso, si se tiene en cuenta que Siria continúa siendo devastada por la guerra civil. El régimen de Bashar al-Ásad ha detenido, torturado y desaparecido a más de 100.000 personas desde 2011, según Human Rights Watch.
Por otro lado, es innegable su posición como escenario de conflictos internacionales. Tan solo en febrero de 2021, Estados Unidos realizó un ataque aéreo en Abu Kamal, cerca de la frontera con Irak, donde se cree que hay milicias chiítas pro iraníes.
Es claro que las condiciones no están dadas para que los más de 5.5 millones de refugiados que ha dejado la guerra en Siria vuelvan a su país, por lo que la decisión del gobierno danés ha despertado duras críticas de organizaciones defensoras de los derechos humanos.
“No tiene sentido sacar a las personas de la vida que están tratando de construir en Dinamarca y ponerlas en una posición de espera sin una fecha de finalización. También es difícil entender por qué se toman decisiones que no se pueden implementar”, señaló Charlotte Slente, secretaria general del Consejo Danés para los refugiados.
Los refugiados, entre tanto, están desconcertados con el cambio de línea del gobierno y no entienden por qué no les permiten quedarse más tiempo.
“No soy un peligro, no soy un criminal”, le dijo Ghalia al-Asseh, una estudiante de química y biotecnología en la Universidad Técnica de Dinamarca, a la NPR. Ella llegó a Dinamarca en 2015 con su familia luego de huir de Siria, y ahora hace parte del grupo al que no le renovarán más el permiso de residencia por considerar que Damasco, su hogar, ya es seguro.
Y es que ningún otro país en Europa ha adoptado una política similar. Sin embargo, este cambio de ruta no es una sorpresa, pues desde abril de 2020 se estaban presentando los cambios: el gobierno dejó de colaborar con su par sirio y ha enviado señales de que no quiere recibir más solicitantes, según Amnistía Internacional.
El Consejo Danés para los Refugiados y la Agencia de la ONU para los refugiados han mostrado estar en desacuerdo con la decisión de considerar el área de Damasco o cualquier área de Siria segura para que los refugiados regresen.
“La ausencia de combates en algunas áreas no significa que las personas puedan regresar de manera segura. Ni la ONU ni otros países consideran que Damasco sea seguro”, recalcó Charlotte Slente, secretaria general del Consejo Danés para los Refugiados.
Fuente: elespectador