“Mi hija se fue hace un año y cuatro meses, salió por frontera con Argelia, y desde ese momento no he vuelto a saber nada de ella”
“Mi hija se fue hace un año y cuatro meses, salió por frontera con Argelia, y desde ese momento no he vuelto a saber nada de ella”, relata Bouchra. Esta mujer de Oujda (al noreste del país) ha viajado más de 500 kilómetros hasta Rabat para manifestarse con las otras familias. Explica que desde que desapareció han hecho todo lo posible para encontrarla, incluso cuenta que tuvieron un accidente en uno de los muchos viajes que han hecho a la capital para pedir ayuda.
Esta madre cuenta que ha ido varias veces al Ministerio de Exteriores, pero no ha logrado localizar a su hija; tampoco su hermana, que vive en España y que ha intentado buscarla en extranjería, aunque lo único que le han dicho es que no tienen ningún registro que haya entrado en el país. Bouchra tampoco cree que su hija esté en España: “Estoy segura de que está encarcelada en Argelia con otros marroquíes”.
“Marruecos no habla de nuestros hijos que salieron para buscarse la vida. Ellos se fueron para buscar un futuro. Yo no quería que mi hija migrara”, explica Bouchra. Estas madres lamentan que no han recibido ninguna respuesta de la denuncia por desaparición que interpusieron, tampoco durante la concentración lograron hablar con ningún representante del ministerio. Sus críticas también van más allá y responsabilizan a Europa del sistema de fronteras y visados que dificulta poder migrar de manera legal y segura.
Una cuarentena de familias se manifiestan en Rabat para exigir una investigación para localizar a los jóvenes desaparecidos en las rutas migratorias
Fatima Ouahbi, una de las portavoces, explica que han recibido casi 800 dosieres de migrantes desaparecidos en los últimos diez años y que siguen llamando a su puerta muchas familias que buscan a sus hijos. Muchos han desaparecido en el mar, intentando llegar a España, pero también en Argelia, Libia, o incluso en la ruta de los Balcanes. “Han perdido el contacto con ellos, y quieren saber dónde están y si están vivos o muertos”, relata.
La desesperación de estas familias se ha convertido en un negocio para grupos criminales o mafias que contactan con ellos, prometiéndoles que saben dónde están sus hijos a cambio de dinero. Hassane Ammari, coordinador de la Asociación de Ayuda de los Migrantes en Situación Vulnerable, lamenta que estos grupos se aprovechan de la fragilidad y la esperanza de estos padres y madres. Cuenta que uno de los trabajos más complicados es concienciar a las familias de estas estafas e intentar acompañarlas.
Estos grupos criminales, que muchas veces contactan con los familiares a través de las redes sociales, les dicen que su hijo está detenido y que si le mandan dinero le podrán liberar o que tienen su cadáver y que si les pagan lo repatriarán. Ammari explica que, por ahora, han ayudado a casi 300 marroquíes migrantes de salir de las cárceles argelinas y han repatriado una veintena de cuerpos de personas que han perdido la vida en la frontera entre los dos países. Relata que lo han hecho gracias a la cooperación y no han pagado ningún rescate, aunque lamenta que todavía quedan muchas personas que no han logrado localizar.
Fuente: epe.es