Sin un fin a la guerra en Siria, el acuerdo sobre inmigración firmado en 2016 entre la Unión Europea y Turquía espera su renovación. Aunque el pacto ha permitido mejorar las condiciones de vida de los refugiados sirios en Turquía, los bloqueos tanto a nivel humanitario como diplomático para estas personas persisten.
En la cumbre del jueves 24 y el viernes 25 de junio, la Comisión Europea propuso destinar 5.700 millones de euros para financiar la ayuda a los refugiados sirios en Turquía, Líbano y Jordania hasta 2024. Solo a Turquía se destinarán 3.500 millones de euros, presupuestados para ayudar a los 3,7 millones de sirios que se han asentado en ese país tras más de diez años de guerra en su país de origen.
Sin embargo, de acuerdo con un diplomático entrevistado por la agencia de noticias AFP, los términos del financiamiento aún no se han decidido. No obstante, ya se ha liberado una financiación inicial de 535 millones de euros para continuar las acciones de la Unión Europea en Turquía durante el año 2021, específica la propuesta.
Turquía está en el centro de las negociaciones porque alberga la “mayor población de refugiados del mundo”, dijo la Comisión Europea en un comunicado de prensa fechado el 30 de marzo. En 2016, un año después de la crisis migratoria de 2015, Bruselas y Ankara firmaron un acuerdo para reducir la afluencia de migrantes a Grecia. Con este, los migrantes que no presenten una solicitud de asilo en Grecia, o cuya solicitud haya sido rechazada, son devueltos a Turquía.
Por cada inmigrante sin la documentación requerida por el bloque que regresa a Turquía, un refugiado sirio en suelo turco debe obtener una visa para ingresar a Europa, dentro del límite de 72.000 plazas. De los 6.000 millones de euros que la Unión Europea iba a pagar en beneficio de los refugiados sirios que vivían en suelo turco, se gastaron 4.100 millones. La Comisión puntualizó que “los 2.000 millones de euros restantes se desembolsarán durante los próximos años, particularmente en el área de infraestructura”.
Un fondo para satisfacer las necesidades de los refugiados en Turquía
Marc Pierini, investigador de Carnegie Europe, exembajador de la Unión Europea en Turquía (2006-2011) y en Siria (1998-2002), contactado por France 24, indicó que con el acuerdo “los refugiados sirios fueron ayudados con su salud, su educación, su formación profesional, y los más desfavorecidos recibieron alimentos a través de una tarjeta de retiro bancaria”, explica
Pierini asegura que “se ha tenido en cuenta la sobrecarga de infraestructura en las zonas de recepción, para que la población turca no sufra las multitudes en los dispensarios y las escuelas, por ejemplo”.
La Unión Europea, por ejemplo, ha puesto en marcha el Plan de Asistencia Social de Emergencia (ESSN), un importante programa humanitario que proporciona ayuda mensual a los refugiados más vulnerables. Según la Comisión Europea, más de 1,7 millones de refugiados que viven en Turquía se benefician de ella. Con un valor de 155 liras turcas (unos 19,1 dólares) por persona y mes, permite a los refugiados obtener alimentos, medicinas o pagar parcialmente las facturas y el alquiler. La Unión Europea también ha decidido otorgar un pago adicional en efectivo para ayudar a los refugiados a hacer frente a los devastadores efectos económicos del Covid-19.
A pesar de esta ayuda, las condiciones de vida de los refugiados sirios en Turquía siguen siendo muy precarias. “El coste de la vida y la falta de acceso a una renta regular dificultan a las familias vulnerables cubrir sus necesidades básicas”, escribe la Comisión Europea, añadiendo que este contexto favorece el “trabajo infantil” y la “mendicidad” dentro de esta población. “Muchas familias también se ven obligadas a reducir su consumo de alimentos o a vivir en viviendas insalubres”, advierte.
Fuertes desacuerdos dentro de la UE y con Turquía en materia de migración
La renovación del acuerdo de 2016 representa un tema delicado para la Unión Europea. “El principal escollo (en torno a este acuerdo) está en el nivel de implementación de la política de asilo por parte de los países de la Unión Europea, que es lenta y es objeto de desacuerdos entre países del bloque y, por tanto, también con Turquía”, explica Pierini.
“Un incidente importante ocurrió a fines de febrero de 2020, cuando Turquía montó una operación policial para trasladar a refugiados no sirios desde Estambul a la frontera terrestre con Grecia bajo el control de 1.000 policías, operación que resultó en el traslado de los refugiados sirios desde Estambul a la frontera terrestre con Grecia”, de acuerdo con el experto, esto degradó “gravemente el clima de cooperación”.
Después de varios años de tensiones entre Ankara y Bruselas, sus relaciones parecen estar mejorando un poco últimamente. La nueva ayuda propuesta por la Comisión Europea “constituye, en las conclusiones del Consejo Europeo, un punto concreto de progreso entre la UE y Turquía”, apunta Marc Pierini.
Pero Bruselas sigue culpando a Ankara por haber dejado de recibir migrantes en situación irregular en las islas griegas desde el inicio de la pandemia. “Esperamos que Turquía cumpla sus compromisos, y eso significa evitar las salidas irregulares y reanudar rápidamente la recepción de los que regresan de las islas griegas”, recordó Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión, en abril.
Por su parte, la ONG Amnistía Internacional denuncia “retornos forzosos ilegales” de migrantes a Turquía, operados desde Grecia. “Las fuerzas griegas estacionadas en las fronteras detienen de forma violenta e ilegal a grupos de refugiados o migrantes antes de devolverlos sumariamente a Turquía”, acusa Amnistía Internacional.
Tras el acuerdo de 2016, la Unión Europea busca, para esta renovación del acuerdo, revisar su asistencia y “pasar de la ayuda humanitaria a la ayuda socioeconómica y al desarrollo”, dada la duración del conflicto en Siria. Según el documento, la financiación europea también debe cubrir “las necesidades más urgentes de los refugiados y las comunidades de acogida, incluidos los servicios de salud y educación, la protección social, el desarrollo de habilidades y la creación de “oportunidades de empleo”.
Los fondos provienen del presupuesto común, pero “los estados miembros pueden decidir agregar contribuciones nacionales en función de la evaluación de las necesidades”, dijo un diplomático europeo a la AFP.
Una propuesta que aún debe recibir apoyo. “Estas citas proceden de documentos de la Comisión Europea que aún no han sido aprobados por el Consejo de Ministros. Hay que esperar a que el Consejo llegue a un acuerdo total para decidir”, matiza Pierini. Sin embargo, está claro que después de casi seis años de funcionamiento del mecanismo de la UE para los refugiados de Turquía y después de diez años de guerra en Siria sin un acuerdo de paz en el horizonte, es hora de pasar al apoyo socioeconómico para facilitar la participación de los refugiados en la vida económica de Turquía”, agrega el exdiplomático.
*Este artículo fue adaptado de su original en francés
Fuente: france24