Ana García Quesada

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Es el resultado de un estudio de La Universidad de Salamanca, que ha geolocalizado 850.000 mensajes de odio en Twitter entre 2015 y 2020
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Relaciona los picos de intolerancia con eventos mediáticos o sociales ocurridos en los diferentes países europeos
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En España, la llegada del barco Aquarius a Valencia, con 600 inmigrantes y refugiados a bordo, disparó este tipo de mensajes “, explica el director del estudio
Escogieron rastrear los mensajes de xenofobia y racismo en Twitter porque “dentro del enorme discurso de odio en las redes suelen ser los inmigrantes y los refugiados los que más odio reciben“, explica Carlos Arcila Calderón, profesor de la Universidad de Salamanca e investigador principal del estudio.
Se valieron de un superordenador llamado Caléndula, ubicado en León, para que les ayudara con su ingente tarea. “Le mostramos al ordenador muchos ejemplos de mensajes de odio y mediante inteligencia artificial este creó modelos para detectar automáticamente todos aquellos que contenían odio“, añade.
El propósito, comparar si el discurso xenófobo en redes está relacionado con actitudes de los ciudadanos (por ejemplo las que manifiestan a través de encuestas como el Eurobarómetro) o también con variables como la proporción de inmigrantes en la zona.
El rastreo se hizo a gran escala. “Empezamos con España, Grecia e Italia, pero luego lo extendimos a todos los países de la Unión Europea. Con el resultado pudimos diseñar un mapa de Europa que va pintando, desde 2015 hasta 2020, el nivel de discurso de odio en cada nación“, detalla.
“España sale bien parada”
Según el estudio, en España se generan muchos menos tuits xenófobos que en otros países europeos. Los españoles son más tolerantes en redes. “Si lo comparamos con Reino Unido o Italia, donde hay un discurso mucho más polarizado, más encendido contra la inmigración, España sale bien parada”, resalta Arcila. También respecto a países del Este, como Hungría, “que destaca por sus actitudes negativas hacia inmigrantes, aunque solo tiene un 1% de población extranjera”.
La investigación detecta diferencias no solo entre países sino entre regiones y tipo de localidades (urbana o rural). Es cierto que en las grandes ciudades como Madrid o Barcelona los mensajes de odio se acentúan, pero como te decía, si lo comparamos con Italia, por ejemplo, que es otra puerta de entrada a Europa, igual que lo es España o Grecia, pues vemos que en nuestro país no hay un alto discurso de odio”, relata. “Y las diferencias entre regiones, que existen, no son muy significativas”.
“Esto no significa tampoco que se puede infravalorar”, apostilla. “Es cierto que en España los mensajes de odio circulan y han ido en aumento, sobre todo los ligados al discurso político de la extrema derecha“, explica Arcila. “El discurso de VOX está claro que ha alimentado los mensajes de odio, pero aún así España es más abierta y tolerante que muchos de sus vecinos”, insiste. “Nuestro estudio, en cualquier caso, llega solo hasta 2020, cuando VOX todavía no había adquirido la presencia institucional que ahora tiene”.
Los tuits de odio, vinculados con eventos mediáticos o sociales
Otra de las conclusiones del estudio es que “los picos de discurso de odio se relacionan de manera muy clara con eventos mediáticos, eventos sociales”, aclara Arcila. Por ejemplo, “en el Reino Unido uno de los mayores picos se produjo con el Brexit, en el que la inmigración se convirtió en el centro del debate”.
“En el caso de España, uno de los mayores picos se relaciona muy claramente con la llegada del barco Aquarius a Valencia en 2018, que recordarás provocó mucha polémica. Traía a 600 inmigrantes y refugiados a bordo, aquello disparó los mensajes xenófobos”, explica el investigador.
El aumento de tuits de odio está totalmente vinculado con la actualidad, con lo que pasa. En España se aprecia la subida no solo con el tema del Aquarius, también con las noticias de la llegada masiva de los solicitantes de asilo sirios a las costas europeas. Ahí se mantiene muy alto el discurso de odio en Twitter. Luego baja mucho después de la famosa foto del niño muerto en las islas griegas. Después, se mantiene estable mucho tiempo hasta que cae en picado con la llegada de la pandemia. El estudio cubre todo 2020, y se aprecia como la gente a partir de marzo empieza a preocuparse de no contagiarse, o de qué mascarilla debe ponerse. Cambia el foco de atención y los mensajes de odio descienden muchísimo. La comunicación de la crisis sanitaria deja la inmigración en un segundo plano”, señala.
Eso no quiere decir que la gente deje de sentir ese rechazo hacia los inmigrantes, pero la expresión, el discurso, se manifiesta claramente en relación con eventos de actualidad. Eso se muestra claramente en el estudio.
El contacto entre locales e inmigrantes favorece la tolerancia
Otra de las comprobaciones del estudio de la Universidad de Salamanca es que las actitudes ciudadanas de rechazo a la inmigración están correlacionadas con la cantidad de discurso de odio dirigido hacia estos colectivos en Twitter. Esto significa que los mensajes que se emiten en redes sociales pueden servir para conocer la opinión pública, lo que supone una “comprobación sociológica importante. Es decir, las redes sociales dan a conocer los climas de opinión. “No hace falta esperar la encuesta del Eurobarómetro, del CIS o cualquier otra que mide actitudes de este tipo para poder saber lo que está pensando la gente, porque lo que se dice en las redes – aun cuando sabemos que gran parte de la población no está en ellas- indica bastante bien o con bastante claridad lo que se opina en las calles”.
Los resultados apuntan también que en las regiones con una mayor presencia de migrantes existen mejores actitudes ciudadanas hacia la inmigración. En general, el contacto entre locales e inmigrantes favorece la tolerancia. “Esto es una teoría social clásica. Lo que se llama la teoría del contacto intergrupal. Cuanto más conoces al otro, más bajas el nivel de prejuicio, porque el roce hace el cariño, digamos”, arguye Arcila.
Sin embargo, reconoce que los datos de este estudio no permiten todavía concluir que la mayor presencia de inmigrantes en las regiones europeas esté relacionada con una menor cantidad de discurso de odio hacia este colectivo. “Hemos visto que en regiones donde hay mucha inmigración sigue habiendo una tendencia hacia un mayor nivel de discurso de odio en las redes. Yo creo que ocurre porque la gente en las redes se siente libre de decir lo que piensa, mucho más que en las encuestas. Las redes sociales nos ayudan a conocer mejor la opinión profunda de las personas, no la opinión políticamente correcta, porque no desinhibimos”.
Permite diseñar iniciativas que faciliten la integración
Según el estudio, los datos de Twitter pueden ser utilizados para conocer las actitudes de los ciudadanos: un aumento de este tipo de discurso de odio se ha visto reforzado con la expansión de las redes sociales. Un análisis de esta información permitiría diseñar “políticas e iniciativas más adecuadas que faciliten la integración y la convivencia de los extranjeros”, dice Arcila.
“Ya lo estamos haciendo”, avanza el investigador. “Esa es otra parte del proyecto, además de la monitorización contempla un área de intervención social. Una vez que conocemos los niveles del discurso de odio en los diferentes países. ¿Cómo podemos hacer para contrarrestar ese efecto? Estamos trabajando en varias líneas, por ejemplo desarrollando historias ficcionadas en primera persona, vídeos cortitos, de 30 segundos o de un minuto, que se pueden intentar viralizar en lugares donde se detecte que este tipo de odio crece”, concluye.
Fuente: niusdiario.