Cumpliendo una promesa de campaña, los aliados demócratas de Joe Biden presentaron al Congreso el proyecto de reforma migratoria. Se trata de una ambiciosa iniciativa que aspira a crear un camino de ocho años hacia la ciudadanía para los 11 millones de indocumentados que, según Migration Policy Institute, vivían en la Unión Americana para 2018. De ser aprobado, el proyecto de ley constituiría la mayor reforma al sistema migratorio de Estados Unidos.
Si el U.S. Citizenship Act of 2021 o la Ley de Ciudadanía Estadounidense 2021 es aprobada, se crearía un nuevo estatus temporal de cinco años para los migrantes que superen revisiones de antecedentes y estén al día con sus impuestos. Este permiso les permitiría vivir y trabajar legalmente durante cinco años.
Al terminar este período, los migrantes podrán aplicar para una residencia y permanecer legalmente tres años más en el país mientras reciben la ciudadanía.
Pero solo quienes hayan ingresado a Estados Unidos antes de enero de 2021 podrían optar por legalizar su estatus migratorio bajo esta ley, quienes viajaron o viajen al país después de esa fecha no califican.
Por otro lado, los ‘dreamers’ o soñadores, es decir, los jóvenes que entraron a la nación norteamericana cuando eran niños; los beneficiarios de Protección Temporal, el beneficio otorgado a ciudadanos de países que están en guerra o que fueron gravemente afectados por un desastre natural y los trabajadores agrícolas podrían obtener la llamada ‘green card’ de manera inmediata.
Desincentivar la migración
El proyecto de ley del presidente estadounidense apunta por eliminar los factores que incentivan a las personas a migrar, especialmente a los ciudadanos del llamado Triángulo Norte.
Para esto, plantea una inversión de 4.000 millones de dólares en cuatro años, que se invertirían en estas naciones centroamericanas con el fin de mejorar las condiciones en los lugares de origen de los migrantes.
Además contempla acelerar el proceso de solicitudes de asilo en las fronteras, con el fin de desalentar los peligrosos viajes y la trata de personas.
¿Cuáles son las probabilidades de que sea aprobada?
La reforma migratoria necesita 51 votos en el Senado y 218 en la Cámara de Representantes, tras lo cual pasaría a ser firmada por el presidente y se convertiría en ley. Pero aunque los demócratas tengan la mayoría en ambas cámaras del Congreso, el texto aún tiene un largo camino por recorrer.
En la Cámara de Representantes los demócratas tienen la mayoría, pero no es claro si la reforma llegará a esa instancia, ya que primero debe pasar por la cámara “originadora” o donde se presentó primero la ley, que en este caso es el Senado.
En la actualidad, el Senado está compuesto por cien sillas, divididas durante esta legislatura de manera equitativa entre demócratas y republicanos, quienes podrían utilizar la práctica del ‘filibusterismo’ para obstruir la discusión.
Se trata de una herramienta política que en los últimos años se ha convertido casi en la norma en el Senado estadounidense: el partido minoritario la usa para bloquear discusiones de importantes proyectos de ley.
Cuando los legisladores no están de acuerdo sobre si someter un proyecto de votación, la minoría puede tratar de debatir para que no se vote y ‘filibustearla’.
La táctica de demora tiene su origen en la tradición estadounidense de que el Senado es un lugar de debate infinito.
Por lo que para cumplir con el primer paso, se necesita que al menos diez republicanos voten a favor de la reforma migratoria, con el fin de evitar que la iniciativa enfrente el proceso de obstrucción.
Una meta difícil, especialmente en un tema tan polarizante como la migración y cuando la fidelidad del partido Republicano a Donald Trump quedó demostrada tras su absolución en el juicio político por incitación a la insurrección por el asalto al capitolio. El expresidente es un defensor de las fronteras cerradas.
Y ya en 2013 la Administración Obama, de la que Joe Biden era vicepresidente, intentó sin éxito sacar adelante un similar paquete de medidas migratorias.
“Los números le dan, supongo que habrá una negociación tanto dentro del Partido Demócrata como con el fin de sumar algunos republicanos”, dijo a Aquí América el analista José Benegas.
Sin embargo, a pesar de que el debate se prevé largo, algunas organizaciones de migrantes la consideran un histórico primer paso, aunque son conscientes que la ley afronta un enmarañado debate político.
Fuente: france24