En medio del endurecimiento de políticas migratorias en todo Europa, la policía francesa desalojó ayer a 600 personas de un asentamiento en Calais, una ciudad que ya acumula varios episodios de enfrentamientos con los migrantes.
Desde la relajación de las medidas para contener el coronavirus y la reapertura de fronteras dentro de la Unión Europea, cientos de migrantes comenzaron a llegar al histórico paso de Calais, en el norte de Francia, con la esperanza de cruzar al Reino Unido de Gran Bretaña.
Ayer a la mañana fueron desalojadas por la policía francesa al menos 600 personas, entre las que había 30 niños, informó el diario español El País.
El ministro del Interior francés, Christophe Castaner, avaló la medida vía Twitter, donde argumentó supuestos “disturbios al orden y la tranquilidad pública, en particular para las cincuenta familias ribereñas que residen en las cercanías”.
Según las autoridades locales, los inmigrantes fueron realojados en “diferentes estructuras de recepción” y quienes no tienen familia son trasladados “a centros ubicados en otras regiones francesas”. Pero esta no es la primera vez que ocurre algo así en Calais. En septiembre de 2020 fue desmantelado otro campamento que albergaba a 800 personas. Y más atrás en el tiempo, en 2016, en medio de gran tensión y represión policial, fueron desalojados al menos 9.000 refugiados hacinados en un asentamiento llamado “La Jungla”, el más grande de Francia en los últimos años.
Calais es un punto de conexión donde migrantes —que en su mayoría huyen de la pobreza y las guerras de países de África, Oriente Medio y Asia— esperan poder cruzar el Canal de la Mancha en pequeñas embarcaciones, camiones o autos.
(JML)
Fuente: El Litoral, Argentina