Turquía envía a la agencia de fronteras de la UE un dispositivo con imágenes que prueban devoluciones ilegales de migrantes por parte de los guardacostas griegos durante todo 2020 en el mar Egeo
BELÉN DOMÍNGUEZ CEBRIÁN
Nochebuena de 2020; 12:30 del mediodía. 34 migrantes salen en dos pateras inflables de las costas turcas de Ayvacik, frente a la isla de Lesbos, con la esperanza de alcanzar suelo europeo. Justo cuando la gasolina del depósito está llegando a su fin, aparecen los guardacostas griegos maniobrando de manera peligrosa junto a los paupérrimos botes. Hay disparos y, finalmente, los migrantes suben al barco patrulla. Una vez a bordo, los oficiales, lejos de poner rumbo a un puerto seguro, obligan al grupo a “despojarse de sus pertenencias”. Desconcertados, se les obliga a subir a otras barcas más pequeñas -y sin motor- que luego son remolcadas a la fuerza hacia aguas turcas, donde quedan abandonados y “sin esperanza” en el mar Egeo.
El anterior es uno de los 295 casos de expulsiones en frontera -los ahora llamados pushbacks (retrocesos)- en el mar Egeo que las autoridades turcas atribuyen a la policía griega y que han ido documentando a través de vídeos, fotografías y entrevistas a las víctimas entre el 28 de febrero de 2020 y el 6 de enero de 2021. Todos estos casos reposan ahora en un USB. EL PAÍS ha tenido acceso a la descripción del contenido del dispositivo que Frontex ha analizado a través de su Oficina de Control e Inspección (ICO, por sus siglas en inglés), ya que Europol, la policía europea, rechazó colaborar con Frontex para verificar ese contenido calificado como “sensible”.
El pasado 17 de febrero, Turquía, a través de su embajada en Varsovia (Polonia), sede de Frontex, envió un sobre con el famoso dispositivo a la oficina del director ejecutivo de la agencia de la UE, el francés Fabrice Leggeri, junto a una carta en la que le advertían de situaciones de “violación de derechos humanos y de [omisión de] obligaciones de protección internacional en el mar Egeo”. Corrían malos tiempos para la reputación de la agencia comunitaria: varias ONG, organismos internacionales y reportajes en prensa escrita ya empezaban a criticar la mala praxis en el Egeo y a denunciar episodios de violación de derechos humanos en los que agentes de Frontex, en su mayoría pertenecientes a la Guardia Costera Griega, se veían involucrados.
“Frontex abandona [el lugar del incidente en el Egeo] sin hacer ningún rescate”, “Se aprecia cómo los guardacostas helenos devuelven en caliente [a aguas turcas] una patera”, “quitan el motor”, “pinchan la patera”, “les quitan [a los migrantes] sus pertenencias de valor”… Son frases que se repiten a lo largo de las 31 páginas del documento que detalla —con hora militar, geolocalización y tipo de embarcación, entre otros— qué sucedió en los 295 pushbacks que, según las autoridades turcas, efectuó la policía helena gracias, también, a la vista gorda de Frontex.
08.58 de la mañana del 23 de mayo de 2020. Sábado. “Se informó de que había un grupo de migrantes irregulares en cuatro botes salvavidas que habían sido empujados de vuelta hacia aguas territoriales turcas por parte de los guardacostas griegos. 72 personas fueron rescatadas después de pasar 5-6 horas en el mar. Se les quitaron sus pertenencias”, relata otro episodio.
Fuente: elpais