- Los riesgos del océano, la precariedad de las embarcaciones y el ”uso de la vida de las personas migrantes como chantaje político” entre Marruecos y España son algunos de los factores que han provocado un aumento en la mortalidad en las aguas próximas al Archipiélago
Natalia G. Vargas
La ruta canaria arrastra la muerte de 1.922 personas migrantes en lo que va de año. En abril, el hallazgo de una patera que llevaba 22 días a la deriva con tres supervivientes y 24 cadáveres recordó el horror y los riesgos de esta travesía. En junio, un nuevo naufragio en Órzola convirtió a este pequeño pueblo pesquero de Lanzarote en uno de los puntos negros del Archipiélago. Cuatro personas murieron en el mar intentando llegar a España en una lancha neumática. Entre ellas, había una embarazada y un niño. En el primer semestre de 2021 se han producido 57 naufragios rumbo a Canarias. Según el monitoreo del colectivo Caminando Fronteras, la ruta canaria es ”la más activa en la frontera occidental euroafricana” y en la que más víctimas se han documentado este año, ”provocando una situación de máximo riesgo en la zona con un coste de vidas humanas insostenible”.
El conjunto de rutas de acceso a España se ha cobrado 2.087 vidas, la misma cifra contabilizada en todo 2020. Del total de víctimas, un 95,83% ha desaparecido en el mar sin que los cadáveres sean recuperados. ”341 mujeres y 96 niños han perdido la vida por la necropolítica migratoria entre enero y junio de 2021”, explica el colectivo fundado por Helena Maleno. El 30 de junio una niña de cinco años murió cuando era evacuada en un helicóptero del Ejército del Aire a Canarias, después de 17 días perdida en el Atlántico.
Entre las personas muertas en el mar, hay nacionales de Marruecos, Argelia, Mauritania, Senegal, Guinea Conakry, Guinea Bissau, Gambia, Costa de Marfil, Camerún, Nigeria, República Democrática del Congo, Burkina Faso, Islas Comores, Siria, Bangladesh, Pakistán, Yemen y Sri Lanka.
Negación del derecho al auxilio
La longitud de la travesía y los riegos del océano son algunos de los factores que han provocado la muerte de casi 2.000 personas en aguas próximas a Canarias. La precariedad de las embarcaciones en las que las personas migrantes intentan alcanzar Europa ha aumentado. El 33% de las alertas que ha recibido el colectivo este año ha sido de personas que viajaban en lanchas neumáticas, un riesgo al que se suma la ”nula experiencia de navegación” de quienes van a bordo de estas barcazas, haciendo que ”pierdan fácilmente el trayecto”.
El aumento de embarcaciones neumáticas se ha constatado principalmente en las salidas desde El Aaiún, en el Sáhara Occidental. ”De estas alertas hemos detectado que en su mayoría terminaban en situación precaria, a la deriva, con problemas de flotabilidad”, destaca el informe. Estas lanchas han protagonizado 13 tragedias. En cinco de ellas, todas as personas desaparecieron en el océano. Caminando Fronteras puntualiza que el incremento del uso de neumáticas fue identificado en los días posteriores a la crisis diplomática entre España y Marruecos que tuvo lugar en mayo. El reino alauí forzó la mayor crisis migratoria en la frontera con Ceuta. En 36 horas pasaron al territorio español cerca de 8.000 personas.
El ”uso de la vida de las personas migrantes como chantaje político” entre España y Marruecos ha tenido un efecto en el aumento de la mortalidad, según Caminando Fronteras. Así como la falta de medios de rescate. El colectivo advierte que la carencia de recursos marítimos y aéreos de Salvamento Marítimo no permite búsquedas exhaustivas con las condiciones de seguridad necesarias para los náufragos y para el personal.
En las pateras que parten de Marruecos, de acuerdo con este monitoreo, se han dado casos de negación del derecho al auxilio. ”Hemos detectado pérdidas de vidas humanas en rescates efectuados por Marruecos, debido a la falta de experiencia y medios o, en otros casos, por una dejación de responsabilidades por parte de los servicios marroquíes”, señala el informe.
Mauritania, Senegal y el Sáhara Occidental son los principales puntos de partida de las pateras y cayucos que intentan llegar a Canarias. Un 31% de las tragedias han sido protagonizadas por embarcaciones que partieron de Mauritania. Entre enero y abril, desaparecieron 18 barcazas con un total de 574 personas, en su mayoría de Malí, entre las que había siete mujeres y dos menores. Este primer semestre del año también ha desaparecido un cayuco que partió de Senegal con 102 personas a bordo.
Dajla también ha sido un punto clave en las llegadas a las Islas. Caminando Fronteras ha identificado un alto número de mujeres subsaharianas y de niños que viajan desde esta ciudad y ”casi igualan en números a los hombres”. Entre las alertas registradas en esta zona se han contabilizado 1.026 hombres, 688 mujeres y 213 menores. De ellas, han desaparecido 274 hombres, 227 mujeres y 64 niños y niñas.
Las familias de las víctimas
Los cadáveres que son localizados, en su mayoría, son enterrados sin nombre y sin familia. Detrás de las 2.087 vidas que las rutas hacia España se han cobrado hasta el momento en 2021, hay familias sin respuestas. Apenas un 4% de los cuerpos son localizados y, de ellos, un porcentaje aún menor es identificado. El colectivo de Maleno lanzó el 28 de mayo una guía para ayudar a las familias a buscar a sus seres queridos en las fronteras.
Un informe de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), asociada a Naciones Unidas, ha pedido a España ”protocolos claros” para facilitar la búsqueda e identificación de migrantes desaparecidos, así como instituciones específicas que se encarguen de buscar, identificar e investigar a personas desaparecidas o fallecidas en el trayecto migratorio.
Fuente: eldiario, España