Migrantes intentando alcanzar la costa griega.
El considerable aumento en las solicitudes de asilo el año pasado ha vuelto a poner en el centro de la atención uno de los temas más delicados de la UE, la migración.
Los 27 líderes de la Unión Europea (UE) se reunirán en Bruselas este jueves 9 y el viernes 10 de febrero de 2023, en una cumbre dedicada, en parte, a la inmigración y al asilo político.
Cada vez, menos Gobiernos europeos está interesados en abrir sus puertas, a no ser que se trate de los alrededor de 8 millones de refugiados ucranianos que han huido a Europa y de los cuales unos 4 millones están registrados en la UE.
Bajo el mandato de la primera ministra italiana de ultraderecha, Giorgia Meloni, Roma ha endurecido las reglas para los barcos gestionados por grupos humanitarios que rescatan a migrantes en el mar, exigiéndoles que regresen al puerto inmediatamente después de socorrer a los inmigrantes y no seguir buscando otros barcos en peligro de naufragio.
El canciller austriaco conservador, Karl Nehammer, está presionando para obtener dinero de la UE para construir vallas fronterizas. Suecia, actual titular de la presidencia rotatoria de la UE, está dispuesta a intensificar las deportaciones. Polonia y Hungría son críticos, desde hace mucho tiempo, con la política liberal de migración y asilo. Dinamarca tiene el objetivo de acoger a “cero” refugiados.
Se disparan las solicitudes de asilo
En 2022, se produjo un aumento drástico en el número de solicitudes de asilo en la UE. Hubo 924.000, según la Comisión Europea, frente a las 630.000 de 2021
La propuesta de la Comisión Europea de introducir un sistema de repartición de los que buscan protección en el bloque está sobre la mesa desde 2020, pero las negociaciones están estancadas.
Es hora de actuar
Antes de la cumbre de esta semana, un grupo de ocho Estados miembros advierten de que es “el momento” de crear un enfoque europeo para abordar la inmigración no autorizada. “La migración irregular se ha convertido una vez más en uno de los problemas más apremiantes en la UE”, escribieron Austria, Dinamarca, Estonia, Grecia, Letonia, Lituania, Malta y Eslovaquia en una carta, vista por DW y dirigida a altos funcionarios del bloque.
Estos pidieron, entre otras cosas, una vigilancia más estricta de las fronteras exteriores de la UE, la intensificación de deportaciones a los que se les niega el asilo y estudiar más acuerdos como el alcanzado con Turquía en 2016.
La Comisión Europea, por su parte, ha propuesto más medidas a corto plazo: una mayor cooperación con terceros países e impulsar las deportaciones. La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, dijo en un discurso reciente que la mayoría de los solicitantes no eran elegibles para recibir protección y que solo el 22 por ciento de los rechazados fueron devueltos a su país de origen.
Más incentivos para países de origen
En la cumbre de esta semana, los líderes de la UE parecen dispuestos a apoyar el uso de nuevos incentivos para que los países de origen acepten a los solicitantes de asilo rechazados, instrumentalizando el comercio, el desarrollo y la política de visas, según un borrador filtrado con conclusiones, al que también tuvo acceso DW.
A la experta en migración de la organización internacional contra la pobreza Oxfam, Stephanie Pope, estas le parecen tácticas de distracción. “Desde nuestra perspectiva, es básicamente todo un montón de ruido y palabrería que distrae del hecho de que, después de varios años, la UE aún no ha logrado elaborar reglas para reformar su fallido sistema de asilo y migración”, dijo a DW.
Lo primero que podría hacer la UE para comenzar a arreglar su sistema migratorio disfuncional sería “finalmente idear un sistema en el que la responsabilidad de dar la bienvenida a las personas que buscan protección en la UE se distribuya equitativamente entre los países de la UE”, opinó Pope.
No hay dinero para vallas, pero sí para herramientas de vigilancia
Un tema recurrente es el dinero del presupuesto de la UE para construir muros o vallas. Nehammer, el canciller de Austria, pidió recientemente 2.000 millones de euros para la frontera turco-búlgara, actualmente uno de los puntos más tensos.
La comisaria europea de Asuntos Interiores, Ylva Johansson, dijo que no creía que las vallas funcionaran, pero que la infraestructura física (por ejemplo, para la tecnología de vigilancia) podría financiarse con el presupuesto de la UE.
Según un informe reciente del Parlamento Europeo, más de 1.800 kilómetros de nuevas vallas fronterizas se erigieron en las fronteras exteriores e interiores de la UE desde 2014. Frontex, la agencia de control fronterizo del bloque, afirmó haber detectado 330.000 cruces ilegales en 2022, un 64 por ciento más que en 2021.
Fuente: DW