América NorteLos migrantes pueden salvar la democracia de EE. UU.

Los migrantes pueden salvar la democracia de EE. UU.

-

- Advertisment -spot_img

En el muro fronterizo cerca de San Diego el viernes de la semana pasadaCredit…Mike Blake/Reuters


 

Sé muy bien lo que piensan algunos estadounidenses de los migrantes: fui indocumentada durante 25 años y soy hija de inmigrantes que siguen siendo indocumentados. También escribí un libro sobre la vida cotidiana de los migrantes durante el gobierno de Donald Trump.

El Times  Una selección semanal de historias en español que no encontrarás en ningún otro sitio, con eñes y acentos. 

En ese momento, el gobierno de Trump parecía ser el peor posible para las personas que migran y sus defensores. Cada uno de los migrantes que conocí durante mi labor de reporteo había vivido algo extraordinario. Todos eran buenas personas, pero también tenían defectos como cualquier otra persona. Si no sabes mucho sobre nuestros migrantes, deberías saber esto: han sobrevivido todo lo que Dios les impuso y algo más, en nombre de la libertad y la seguridad, para ellos y sus hijos.

Nunca entenderé por qué ellos, por qué nosotros fuimos y somos tan odiados.

El presidente Biden prometió encontrar soluciones al sistema migratorio, pero en muchos aspectos las cosas siguen tan mal como siempre. Biden no solo fue incapaz de aportar una reforma significativa, sino que además su gobierno adoptó un enfoque trumpiano ante la crisis fronteriza y emitió lo que equivale a una prohibición de acogida. Biden abdicó de su responsabilidad, lo que dejó espacio para que los gobiernos locales actuaran como alguaciles. Mientras tanto, los republicanos han avanzado hacia el autoritarismo, censurado libros y aplicando tácticas de supresión de votantes.

Yo era una niña en Ecuador en la década de 1990, una época en la que América Latina se tambaleaba por los efectos de décadas de golpes de Estado, dictaduras y represión política. Mis padres nos transmitieron a mí y a mi hermano su odio incondicional por el autoritarismo y quienes lo fomentan: personas de voluntad débil que valoran sus propias carreras por encima de la constitución de su país, la población desvinculada e indiferente.

Los hombres blancos conservadores, el pilar del bloque de votantes que se siente invisible e ignorado, cuyo genio pasa desapercibido y cuyo valor no se pone a prueba, ahora tienen la oportunidad de ser los protagonistas que ellos suponen por haber nacido aquí. Sin embargo, deben saber de corazón que no son los niños morenos, negros y no binarios quienes amenazan la posición de Estados Unidos en el mundo, sino los hombres como ellos, azuzados por el artificio militar.

Por ejemplo, el gobernador de Texas, Greg Abbott, y su proyecto fronterizo antiinmigración, Operation Lone Star, que, entre otras cosas, utilizó leyes estatales de allanamiento mientras estuvo en vigor el Título 42 para detener a migrantes cuando cruzaban terrenos privados. Cada semana, devoró 2,5 millones de dólares de los contribuyentes mientras se desplegaban miembros de la Guardia Nacional a su discreción para detener casos aislados de cruces fronterizos. Es ridículo. Pero seguramente lo hizo sonar como a un vaquero.

El miércoles de la semana pasada, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, firmó una legislación que exige que los hospitales recopilen información migratoria de todos los pacientes y prohíbe que los gobiernos locales emitan cualquier forma de identificación a los indocumentados. La nueva ley tendrá un efecto escalofriante que podría hacer que los residentes del estado sean renuentes a decirle a las personas indocumentadas en dónde hay un comedor de beneficencia, a llevarlos a un doctor o animarlos a continuar sus estudios. Anula los permisos de conducir válidos que se expiden en otros estados a “extranjeros ilegales”. Criminaliza a cualquiera que contrate a un trabajador indocumentado. Es un enorme despilfarro del dinero de los contribuyentes y de las asignaciones antiterroristas. Y es antiestadounidense.

Los migrantes creemos en la historia estadounidense sobre la libertad y el autogobierno. De hecho, nadie lo cree más que nosotros. Los migrantes que se encuentran ahora mismo en la frontera están allí porque creen que todos nacemos con el derecho otorgado por Dios a la autodeterminación. Estaban dispuestos a arriesgarlo todo por su creencia en la libertad, por su creencia en el tipo de libertad por la que se lucha. Los seres humanos que han conocido la libertad durante toda su vida no pueden apreciarla de manera plena, del mismo modo que los peces no pueden apreciar realmente el agua.

La buena noticia es que los migrantes pueden ser nuestra arma secreta en la lucha contra el autoritarismo. Los migrantes aman a Estados Unidos de una manera que Estados Unidos necesita ser amado si quiere sobrevivir.

Nuestra desilusión política no se ha traducido en apatía, sino todo lo contrario: lo hemos convertido en un anhelo que se parece al sueño americano. Si el amor es la decisión de mantener algo amado con el riesgo de perderlo y sin necesidad de ser amado a cambio, ¿cómo llamar si no al código de honor por el que millones de indocumentados pagan impuestos y contribuyen a la Seguridad Social cada año, sabiendo que nunca verán un céntimo? Si la fe es la creencia en algo maravilloso sin necesidad de ver pruebas de su existencia, ¿de qué otra manera explicamos la lucha de 22 años de los dreamers para conseguir una vía hacia la ciudadanía?

El problema es que hemos estado tratando a los inmigrantes mal, muy mal.

La mayoría de los estadounidenses apoyan una reforma migratoria significativa y humana que incluya vías para que los inmigrantes que ya están aquí obtengan un estatus legal, pero nuestros representantes electos no actúan como si les importara algo más que la reelección. Arreglar este lío migratorio implica cosas nada atractivas como la ampliación de la elegibilidad para el estatus temporal, la ampliación del permiso humanitario y la contratación de más personal en los Servicios de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos. Para lograr esta solución, necesitamos la colaboración bipartidista. Pero no todo el mundo puede liderar, no todo el mundo está dispuesto a trabajar duro y no todo el mundo es valiente.

Incluso en Estados Unidos, la corrupción política, el colapso económico y los castigos extrajudiciales pueden producirse en cualquier momento. Tal vez sea un pensamiento intolerable y presentar a los inmigrantes como fundamentalmente diferentes de nosotros, portadores de un sufrimiento de otro mundo, nos permite fingir que no son como nosotros y que su destino no está entrelazado con el nuestro.

Fuente: nytimes


Últimas Noticias

Migrantes envían millones de dólares en criptomonedas a Venezuela

A medida que Venezuela se recupera gradualmente de su reciente crisis económica, cada vez más familias dependen de las...

1,2 millones de ecuatorianos tienen intención de migrar y la mayoría ya sabe el país destino, según estudio de la OIM

En la terminal terrestre de Ipiales, ecuatorianos y migrantes de otros países compran a diario pasajes para viajar al...

Ocupan el cuarto lugar: 39.230 venezolanos han realizado peticiones de refugio en México en 5 años

De 2019 a junio de 2024, Honduras encabeza con 172.596 personas, la cifra de migrantes que solicitaron el reconocimiento...

Más de 8,800 cubanos pidieron refugio en México de enero a junio de este año

Cuba es el segundo país del que más emigrantes llegan a México, solo superado por Honduras. De 8,833 casos,...
- Advertisement -spot_imgspot_img

Crecen más de 125% retenciones de menores migrantes

De acuerdo con los datos de migración hasta mayo del 2024, los eventos de niños y adolescentes migrantes irregulares...

México y EU deportaron a 196 mil 379 migrantes centroamericanos en 2022

El Título 42 es objeto de varias batallas judiciales distintas. Foto: EFE   Los datos indican que las deportaciones solo desde...

Más Vistos

Migrantes envían millones de dólares en criptomonedas a Venezuela

A medida que Venezuela se recupera gradualmente de su...
- Advertisement -spot_imgspot_img

Otras noticiasDestacadas
Recomendadas para ti