“Abajo el fascismo, Túnez es África” y “Kais Said, cobarde, nuestra madre es África, no te ofendas” fueron algunos de los cánticos que se escucharon en la manifestación, en la que participaron al menos dos mil personas, convocada por la sociedad civil y aplaudida desde los balcones por la población afectada, que estos días teme salir de sus casas.
Las declaraciones el pasado miércoles del presidente, que coinciden con una campaña masiva de detenciones de migrantes indocumentados, desataron una ola de odio y agresiones en la calle y redes sociales contra la población negra en el país, incluidos tunecinos.
Hay una “empresa criminal nacida en los albores de este siglo para cambiar la composición demográfica de Túnez y hay partidos que recibieron grandes sumas de dinero desde 2011 para asentar en Túnez a migrantes” y desdibujar su carácter “árabe-musulmán”, declaró en un discurso el mandatario.
A este comentario, comparado con la teoría conspirativa del “Gran Reemplazo”, le siguió un incremento de agresiones contra subsaharianos que llevó a Said a matizar sus declaraciones y ayer el ministro tunecino de Exteriores, Nabil Ammar, a escenificar un encuentro con embajadores de países al sur del Sahara para intentar calmar la situación.
El presidente de la Comisión de la Unión Africana, Moussa Faki Mahamat, condenó hoy “enérgicamente la impactante forma y contenido de la declaración emitida por las autoridades tunecinas contra sus compatriotas africanos”.
La UA recordó a Túnez que, como miembro de la organización, tiene obligación de “tratar a todos los migrantes con dignidad, vengan de donde vengan, abstenerse de un discurso de odio racial que pueda dañar a las personas y priorizar su seguridad y sus derechos humanos”.
La Asociación de Estudiantes y Becarios africanos en Túnez (AESAT) ha pedido a sus miembros no asistir a clase estos días, después de registrar al menos 40 detenciones de estudiantes con permiso de estancia y tras numerosas denuncias de acoso.
El Foro Tunecino por los Derechos Económicos y Sociales (FTDES), una ONG que vigila el fenómeno migratorio en el país norteafricano, denunció a mediados de febrero la detención de al menos 300 personas como parte de una operación denominada “Reforzar el tejido de seguridad y reducir el fenómeno de la residencia ilegal en Túnez”.
Una veintena de organizaciones de derechos humanos urgieron a resolver el estatus administrativo de los migrantes subsaharianos en territorio tunecino, más de 21.000, según el último estudio del Instituto Nacional de Estadística de 2021.
“Las políticas europeas de externalización de fronteras han contribuido durante años a convertir a Túnez en un actor clave en el seguimiento de las rutas migratorias en el Mediterráneo, incluida la intercepción de embarcaciones de migrantes fuera de las aguas territoriales y su traslado a Túnez”, contextualizó la ONG.
Para los que se han quedado atrapados en el país norteafricano, muchos de los cuales quieren regresar ante la tensa situación, el problema ahora es la imposibilidad de pagar el coste de la multa en el que han incurrido durante su estancia irregular.
Said, que gobierna con plenos poderes desde julio de 2021, instó esta semana al consejo de seguridad nacional a tomar “medidas urgentes” para abordar la migración irregular. EFE
Fuente: Infobae