Kinsasa, 22 jun (EFE).- Unas 600.000 personas desplazadas por la violencia en el noreste de la República Democrática del Congo (RDC) tras el resurgimiento del grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23) sobreviven en campamentos con una ayuda humanitaria “insuficiente” y en condiciones “catastróficas”, alertó Médicos sin Fronteras (MSF).
La organización denunció que los desplazados, registrados por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), viven en “condiciones desesperadas” en diversos campos en las proximidades de la urbe de Goma, capital de la provincia nororiental de Kivu del Norte y una de las ciudades más pobladas de la región.
Los desplazados sufren un “acceso inadecuado” a comida y refugio, con tasas “alarmantes” de desnutrición y mortalidad, según MSF.
De acuerdo a un estudio llevado a cabo entre enero y mayo de este año por la organización, por ejemplo, más de tres niños menores de cinco años morían de media cada día por causas diversas en el campamento de Rusayo, que tiene una población estimada de entre 85.000 y 100.000 personas.
Mientras, en el campo de Elohim, que acogía a unas 4.000 personas a finales de mayo, cerca de un 5 % de los menores de cinco años sufrían desnutrición aguda grave, una condición que se da cuando el peso se encuentra muy por debajo del que debería ser, lo que afecta al sistema inmunitario y metabólico, entre otros, y conlleva un elevado riesgo de muerte.
En este sentido, según MSF, se ha distribuido alguna comida en estos campos pero no todos sus habitantes la han recibido.
“La escala y la duración del desplazamiento son históricas, incluso para el este de la RDC (…) pero cientos de miles de personas siguen viéndose desatendidas en gran medida por la comunidad humanitaria”, subrayó Manangama.
Esta semana, la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) advirtió que unos 2,8 millones de personas se han visto desplazadas por la violencia de los grupos armados desde marzo de 2022 en las provincias orientales de Ituri, Kivu del Norte y Kivu del Sur.
Sin embargo, señaló esta agencia de la ONU, el plan de respuesta humanitaria en el país solo se ha visto financiado en un 28 % hasta el momento, por lo que solicitó a los donantes internacionales 2.250 millones de dólares.
Desde 1998, el este de la RDC está sumido en un conflicto alimentado por las milicias rebeldes y el Ejército, pese a la presencia de la misión de la ONU en el país (Monusco).
La ausencia de alternativas y métodos de subsistencia estables han empujado a miles de congoleños a tomar las armas y, de acuerdo con el Barómetro de la Seguridad de Kivu (KST, en inglés), el extremo oriental de la RDC es el campo de batalla de unos 120 grupos rebeldes. EFE
Fuente: Swissinfo