Los griegos están conmocionados por la tragedia en el mar Jónico. Se estima que cientos de migrantes se ahogaron a unos 70 kilómetros al suroeste de la pequeña ciudad costera de Pilos, en la península del Peloponeso. Es una de las mayores y más impactantes tragedias de migrantes en Europa de las últimas décadas.
El gobierno interino griego declaró tres días de luto nacional y también se detuvo la campaña electoral para la segunda vuelta de las elecciones parlamentarias del 25 de junio de 2023.
Malos patriotas e “invasores”
Los medios de comunicación progubernamentales griegos, cercanos al gobierno conservador del partido Nueva Democracia (ND), insisten en que todo es “culpa de los traficantes de personas”. Los migrantes se ahogaron, porque fueron “hacinados en un barco completamente destartalado por traficantes criminales”, según el diario Apogevmatini. También se puede leer que los que buscan refugio deberían venir a Europa legalmente antes que arriesgar sus vidas y las de sus hijos. Sin embargo, no se menciona el hecho de que prácticamente no existe esa opción legal.
Quienes siguen hablando sobre el derecho a asilo, a la seguridad y a la integridad física de esas personas son ahora una minoría en Grecia. A veces incluso se les tilda de malos patriotas por querer abrir las fronteras de Grecia y Europa a los “invasores”.
Consenso contra la migración
En Grecia existe un amplio consenso en que se debe reforzar aún más la valla fronteriza en la ruta fluvial del río Evros entre Turquía y Grecia y los controles en alta mar.
Y aunque los informes señalan que la guardia costera deporta ilegalmente a posibles solicitantes de asilo a aguas turcas, muchos griegos no están indignados. Al contrario, en la primera vuelta de las elecciones parlamentarias (21 de mayo de 2023) quedó claro que una gran mayoría aprobaba las deportaciones del primer ministro Kyriakos Mitsotakis. En general, casi el 55 por ciento de los electores votaron al partido ND de Mitsotakis y a los partidos ultracoservadores.
Ruta peligrosa en el Mediterráneo central
El gobierno griego ha negado reiteradamente los informes sobre los retornos forzosos, pero se corrió la voz de que los refugiados ya no eran bienvenidos y que, si llegaban a Grecia, se quedarían atrapados allí.
Cada vez más solicitantes de asilo y migrantes ya no usan la ruta de Turquía a las islas del Egeo, sino una mucho más peligrosa al oeste de Grecia, en el Mediterráneo central. Los pocos que pueden permitírselo intentan llegar a Italia desde Turquía en yates y, los que carecen de medios, a través de la ruta de Libia a Italia.
No es solo culpa de los traficantes de personas
En 2023, al menos 12.000 refugiados han llegado a la UE a través de esta ruta. 1.166 personas murieron tratando de escapar a través del Mediterráneo, sin contar los fallecidos de Pilos. Según el portal de la UE Statista, casi 30.000 refugiados se han ahogado en el Mediterráneo desde 2014.
En el caso de tragedias como la de Pilos, no basta con culpar solo a los traficantes de personas, dice Stelios Kouloglou, eurodiputado del partido griego de izquierda SYRIZA: “También es culpa de los Estados europeos y políticos como la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, que no quieren aplicar políticas de solidaridad en las que compartan la carga de los flujos de refugiados e inmigrantes”.
¿Es Grecia sancionable?
El eurodiputado señala a países como Francia “que han causado problemas de refugiados con sus intervenciones militares”, pero también a países como Polonia y Hungría “que no acogen a los refugiados que se les asigna”.
Según Kouloglou, Grecia también es corresponsable de la tragedia frente a Pilos: “Según la información oficial de la guardia costera, los náufragos rechazaron la ayuda de los barcos. Esto podría deberse a que los refugiados tenían miedo a las deportaciones y a que le sustrajeran sus teléfonos móviles o incluso su dinero. Por eso se arriesgan a continuar hacia Italia en barcos sobrecargados. Prefieren arriesgarlo todo antes que volver a donde empezaron, a Libia, al infierno”.
Fuente: dw