RASHA SALAH
Entonces, la persona “migrante” es aquella que se encuentra fuera de su lugar habitual de residencia independientemente de cuatro factores importantes:
- El carácter voluntario o involuntario del desplazamiento.
- Las causas del desplazamiento.
- La duración de su estancia en el otro país.
- La situación jurídica de la persona.
Los tres primeros factores nos llaman a reflexionar sobre quién puede ser migrante. Todas las personas que viajan para conocer otros lugares, para trabajar, a estudiar, a vivir en otro país de forma temporal o permanente, son migrantes. También las personas se ven obligadas a salir de su lugar de origen por causas de violencia, pandillas, por miedo o porque su vida corre peligro en su lugar de origen. Asimismo, puede ser por causa de desastres de origen natural como huracanes, sequías y volcanes. Estos tres factores hacen que el concepto sea muy amplio y surge la necesidad de profundizar y especificar los tipos de migraciones forzadas.
El último factor es el más importante desde mi punto de vista. Se trata de la situación jurídica, es decir, la estancia legal o “ilegal” de las personas en un territorio ajeno. Por una parte, se encuentra el grupo de migrantes que cuentan con pasaporte, visas y todos los documentos legales necesarios. Y por la otra, están miles de personas en situación de movilidad que cruzan la frontera para sobrevivir. A este tipo de migración se le llama desde el Estado-nación, migración “ilegal o irregular”, aunque las activistas y defensoras de derechos humanos les reconocemos como personas irregularizadas por un estado-nación que está militarizando las fronteras y creando mecanismos de control. A esto se le suma el discurso de la seguridad y protección nacional de los ciudadanos frente a un “otro”, frente a un “migrante peligroso”.
De este modo se puede entender la frontera como espacio jurídico, que crea y produce la ilegalidad de los migrantes a través de las leyes de exclusión. De esta manera, diferencia el ciudadano del extranjero y clasifica a los migrantes en migrantes económicos, estudiantes, refugiados e indocumentados. Es decir, legales o ilegales por el Estado-nación y sus leyes y políticas migratorias. Cada Estado tiene varias estrategias para asegurar el control completo a la vida de los migrantes.
Es importante crear conciencia sobre lo que significa una frontera, así como su origen, las formas de control y la idea de inclusión/exclusión, porque afecta de manera directa a las personas en situación de movilidad o inmovilidad y el acceso a sus derechos. Se debe conocer cómo se hacen las fronteras, o mejor dicho cómo se deshacen, con la esperanza de vivir algún día en un mundo sin fronteras.
Por último, migrar es un derecho tanto para aquellas personas que cuentan con documentos, como para las personas que salen sin ellos. Cuando hablamos de migración nos referimos a diferentes personas, de diferentes nacionalidades y culturas, es un sinfín de experiencias e historias que merecen ser narradas y escuchadas. Se trata de abrir las puertas para poder echar raíces, crear mecanismos para la adaptación y la integración, de esa forma migrar podrá significar nacer en un lugar y renacer en el otro.
Fuente: conexionmigrante