Mientras los ojos del mundo contemplan con horror el drama de los refugiados ucranianos, en otras latitudes de Europa se vive un drama cotidiano, el de la inmigración irregular.
El enclave español de Melilla contempla desde hace dos días los “intentos de entrada más grandes jamás registrados”, a través de la valla que separa España de Marruecos.
1.200 subsaharianos intentaron este jueves saltar esta valla fronteriza, y decenas de ellos lo consiguieron. Se suman a los 500 que lo lograron el miércoles.
Entre una veintena y una treintena de migrantes y 16 miembros de las fuerzas del orden españolas resultaron heridos.
Melilla y Ceuta son las únicas fronteras terrestres de la Unión Europea en África.
En todo el año pasado, 1.092 personas lograron entrar en Melilla, casi una cuarta parte menos que en 2020.
Pero a nivel global, las llegadas a España por vía marítima y terrestre aumentaron más de un 73 por ciento en los dos primeros meses de 2022.
Fuente: euronews
