Foto: EFE/ Mauricio Dueñas Castañeda
El transporte humanitario es una respuesta eficaz para que las personas migrantes caminantes, eviten la adopción de estrategias de afrontamiento negativas que comprometan su seguridad, integridad física y moral
Millones de personas continúan cruzando las fronteras de los países en búsqueda de oportunidades, miles de ellas lo hacen caminando largas distancias hasta llegar a su destino. En Colombia, según la quinta ronda de la encuesta Pulso de la Migración realizada por el DANE, cerca de 43,8% de las personas migrantes encuestadas ingresaron a través de un paso no oficial, como las trochas. La mayoría de estas personas no conocen los riesgos a los que se enfrentan al migrar caminando por las diferentes zonas del país, sobre todo en los pasos fronterizos donde el control territorial por parte de los Grupos Armados No Estatales (GANE) es cada vez más agudo y pone a la población civil en riesgo.
Estas personas carecen de información sobre los derechos que tienen, desconocen el sistema institucional local y las organizaciones de cooperación internacional que proporcionan ayuda y atención a personas migrantes en situación irregular.
Quienes cruzan las fronteras por trochas, están más expuestas a sufrir violencia sexual y basada en género (VBG), reclutamiento forzado, uso y vinculación de niños y niñas, trata de personas y por supuesto, por las condiciones de migrar caminando, enfrentan problemas de salud, robos y violencia física. La última Evaluación Conjunta de Necesidades para Población en Tránsito realizada por el Grupo Interagencial sobre Flujos Mixtos Migratorios (GIFMM) expone que las tres mayores necesidades de los grupos de viaje encuestados son el transporte humanitario (65%), acompañado de alimentos (87%) y atención médica (40%). 92% de estas personas no cuentan con recursos para su viaje y han caminado entre 3 y 12 horas diarias para llegar a sus destinos.
De esta manera, el transporte humanitario es una respuesta eficaz para que las personas migrantes caminantes, eviten la adopción de estrategias de afrontamiento negativas que comprometan su seguridad, integridad física y moral, como “pedir cola”, sexo por supervivencia, horarios de caminata nocturnos, afectaciones a su salud por los cambios drásticos de clima, además de caminar sin contar los ropa y calzado adecuado, entre otros.
Transporte humanitario
Se entiende por transporte humanitario todo procedimiento y/o proceso que garantice que las personas migrantes en situación de vulnerabilidad sean trasladadas de manera ordenada, digna y segura a un lugar dentro de las fronteras nacionales. El transporte humanitario es una acción que complementa la atención integral de protección de las personas con otros servicios; además no se relega a una acción logística, sino que se realiza de manera adecuada bajo los principios humanitarios y en coordinación con las autoridades. De esta manera, el transporte humanitario debe hacerse bajo las normativas y regulaciones existentes en cada país, cumpliendo con tres elementos: ser un servicio gratuito, voluntario e informado.
Por esto, el transporte humanitario debe ser una acción desde la humanidad, seguridad y dignidad, siempre dentro de las fronteras de un país y siguiendo las normas y regulaciones del mismo, lo que favorece al aumento de la seguridad del proceso, al proporcionar un acompañamiento en protección, tanto en operaciones contra la delincuencia organizada, la trata y tráfico o la VBG, así mismo como la protección de la niñez, ya que permite evitar los riesgos de separación familiar en las fronteras o en el tránsito.
Desde 2018, la respuesta humanitaria a la crisis migratoria de personas provenientes de Venezuela de Oxfam Colombia junto a las organizaciones socias Fundación Mujer y Futuro en Norte de Santander y Santander, y desde 2021 con la Asociación de Apoyo al Desarrollo–Apoyar en Arauca, ha vinculado como factor de protección para las personas migrantes en tránsito o “caminantes” el transporte humanitario, como factor de protección en cuanto permite prevenir las situaciones de riesgos asociadas al tránsito a pie o caminando, incluyendo el uso de medios de transporte no oficiales.
Desde 2021 Oxfam Colombia asume el coliderazgo del sector regional en la Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela (R4V). En este ejercicio, se vislumbra la imposibilidad en la mayoría de países de la región frente al acceso a transporte seguro y regular, y la provisión de transporte humanitario por los requisitos en cuanto al estatus legal regular de las personas migrantes para adquirir o acceder a boletos de transporte. Por ello, los esfuerzos regionales se han centrado en la redefinición de las actividades de transporte humanitario, y de promoción a nivel nacional y regional del mismo.
El transporte humanitario debe ser garantizado desde los principios humanitarios que nos llaman a salvaguardar la vida y la dignidad de las personas migrantes, independientemente de su estatus migratorio, apelando a la protección como un derecho y responsabilidad de las organizaciones humanitarias. Nuestro deber, como actores humanitarios, debe centrarse en promover estas acciones inmediatas para un tránsito seguro, libre y digno de las personas más vulnerables.
Fuente: elnacional.ve