Un grupo de personas pasa junto a un cartel electoral antes de las elecciones parlamentarias en Bratislava, Eslovaquia, 29 de septiembre de 2023. REUTERS/Eva Korinkova © Eva Korinkova / Reuters
La migración se ha convertido en un tema candente en Eslovaquia y Polonia de cara a las próximas elecciones del 30 de septiembre y 15 de octubre. Los políticos evocan este tema tan debatido para galvanizar a los votantes y los gobiernos reintroducen los controles fronterizos en la región.
Sonya Ciesnik
En las últimas semanas, el aumento de la inmigración ilegal en la ruta balcánica hacia Eslovaquia llevó a los políticos locales a pedir un mayor control de las fronteras. Esta situación se produce antes de las elecciones legislativas del 30 de septiembre, en las que el primer ministro eslovaco, Robert Fico, y su partido populista prorruso SMER-SD esperan remontar.
Polonia también conoció un resurgimiento de la inmigración como tema candente de cara a las elecciones parlamentarias del 15 de octubre. El partido conservador en el poder, Ley y Justicia (PiS), que se enfrenta en unas reñidas elecciones al partido de centro-derecha Coalición Cívica (KO), hizo de la inmigración uno de los temas centrales de su campaña con el objetivo de ganar votos.
“Para algunos partidos de la derecha, la inmigración siempre ha sido un tema prohibido”, afirma Alena Kudzko, vicepresidenta de Política y Programación del think tank GLOBSEC de Bratislava. Sin embargo, en las últimas semanas, los partidos de tendencia más centrista empezaron a hacer campaña sobre la inmigración con la esperanza de conseguir votos en el último minuto, añade.
Los discursos fueron similares en todos los ámbitos: “muchos políticos declararon: ‘debemos proteger Eslovaquia; la inmigración no es segura para los eslovacos'”, afirma Kudzko. Incluso el partido socialdemócrata proeuropeo HLAS-SD, con la esperanza de subirse a la ola de sentimiento antinmigración que prevalece en la sociedad eslovaca, publicó publicidades en las que se leía “Detened la inmigración ilegal” pocas semanas antes de las elecciones.
Reintroducción de controles fronterizos en la región
El repunte de la inmigración ilegal en la ruta de los Balcanes hacia Europa central también llevó a algunos políticos eslovacos a pedir controles fronterizos más estrictos.
En los últimos meses, Eslovaquia vio aumentar el número de inmigrantes, muchos de ellos procedentes de Afganistán y Siria. En los ocho primeros meses de 2023, el país registró unos 24.500 migrantes que habían entrado ilegalmente, la mayoría de ellos procedentes de Serbia a través de Hungría.
El creciente número de inmigrantes ilegales que cruzan sus fronteras llevó a la vecina Polonia a introducir controles en los vehículos que cruzan la frontera desde Eslovaquia el 25 de septiembre. Esto se produjo después de que República Checa y Austria reintrodujeran los controles fronterizos con Eslovaquia el año pasado para frenar el flujo de inmigrantes.
Algunos políticos culpan al primer ministro húngaro Viktor Orban de la repentina afluencia de migrantes, como parte de un esfuerzo para aumentar las posibilidades de su colega antinmigración Robert Fico de volver al cargo el 30 de septiembre. Muchos de los inmigrantes que ahora se encuentran en Eslovaquia no tuvieron dificultades para entrar en el país desde Hungría, y se cree que Orban condenó a más de 1.400 personas por tráfico de seres humanos.
Fico subrayó regularmente el aumento de la inmigración ilegal durante la campaña electoral. “Queremos recordar al gobierno eslovaco que tiene todas las opciones -legislativas, técnicas y de personal- para reactivar los controles fronterizos en la frontera eslovaco-húngara”, dijo durante una rueda de prensa retransmitida por Facebook.
El gobierno provisional de Eslovaquia, encabezado por el primer ministro Ludovít Odor, dijo que es imposible sellar la frontera con Hungría, que se extiende a lo largo de 650 km. Envió hasta 500 soldados para ayudar a la policía a patrullar las zonas fronterizas y tomó medidas para registrar rápidamente a los inmigrantes.
En una encuesta reciente, la migración ocupaba el tercer lugar en la lista de preocupaciones de los votantes, y el 15% de ellos se declaraba preocupado por la inmigración ilegal. “Los políticos intentan apelar a este segmento preocupado de la población pidiendo una postura mucho más dura frente a la migración”, dijo Kudzko.
Los partidos que hacen campaña por el endurecimiento de las políticas migratorias saben que el tema ocupa un lugar aún más destacado en la agenda de sus simpatizantes. Entre el 20% y el 30% de los votantes del SMER-SD y de los partidos de extrema derecha, SNS y Republika, afirman que la migración es el mayor problema de Eslovaquia, un porcentaje mucho mayor que el de toda la población.
Pero Kudzko cree que la situación de la migración ilegal en Eslovaquia se ha exagerado en vísperas de las elecciones. “La verdad es que la mayoría de la gente no se queda. Los países de tránsito, como Eslovaquia, saben que sólo tienen que dejar pasar a los inmigrantes”, afirma, al tiempo que compara la situación con la de Polonia, donde los inmigrantes que consiguen cruzar la frontera polaco-bielorrusa a menudo continúan hacia Alemania.
“Miedo a la inmigración” en Polonia
En Polonia se está librando una batalla entre el PiS y la Plataforma Cívica por el futuro control del Parlamento, en la que la migración “se utiliza para crear emoción y movilizar a los votantes”, según Andrzej Bobinski, analista político de Polityka Insight.
El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, anunció el 29 de septiembre que Polonia mantendrá su veto a un pacto migratorio de la Unión Europea, mientras el bloque busca un acuerdo para repartir la responsabilidad de los solicitantes de asilo que llegan a Europa fuera de los pasos fronterizos oficiales.
Los dirigentes polacos, que expresan su oposición al plan de la Unión Europea de reubicar a los migrantes y solicitantes de asilo dentro del bloque, argumentaron con frecuencia que ya cumplieron su cuota de migrantes al acoger a cerca de un millón de refugiados ucranianos desde el comienzo de la guerra.
También se está instalando un sentimiento de cansancio con la guerra en Ucrania. El partido de extrema derecha Confederacja (Confederación), afirma que Polonia no está recibiendo la gratitud que merece por armar a Ucrania y aceptar a sus refugiados.
La aparición de Confederación ha presionado a la clase política polaca, ya que el PiS podría verse obligado a aceptarlo como socio de coalición para mantenerse en el poder.
Varios factores podrían jugar en contra del partido gobernante el día de las elecciones. “La crisis de los migrantes en la frontera con Bielorrusia en [2021] … causó un gran susto en Polonia. Pis construyó un muro y siguen organizando actos como ruedas de prensa alrededor del muro todos los días”, dice Bobinski.
El partido gobernante liderado por Jaroslaw Kaczynski también utiliza con frecuencia fotos de los recientes sucesos de Lampedusa. A principios de este mes, unos 8.500 inmigrantes llegaron a la pequeña isla pesquera italiana en el espacio de unos pocos días, desbordando el destino turístico.
“La gente no va a cambiar de opinión, votará al PiS o al KO. Lo único que pueden hacer ambos partidos es movilizar a sus votantes, que pertenecen a bandos muy polarizados”, afirma Bobinski.
Sin embargo, “pase lo que pase al final del día, para mucha gente en el fondo de su alma existe el miedo a la emigración”, concluye Bobinski.
Fuente: France24
