“En Europa hablamos del salvamento marítimo, pero el salvamento en el desierto no está muy desarrollado. Búsqueda y rescate en el desierto es un concepto que nos gustaría desarrollar con las autoridades locales, técnicamente es posible, no es muy complicado a pesar del tamaño del desierto”, dijo hoy el experto del organismo sobre la situación migratoria en el Mediterráneo, Vincent Cochetel.
El ACNUR presentó hoy un informe que pone de manifiesto que los servicios vitales y de protección han disminuido o son del todo inexistentes en las rutas migratorias más concurridas cada año por cientos de miles de refugiados y migrantes.
Esas rutas se extienden del este y oeste de África, así como de la región del Cuerno de África, hacia el norte del continente y su costa Atlántica y hacia el Mediterráneo central, y son utilizadas no sólo por africanos, sino últimamente más y más por personas procedentes de Bangladesh, Pakistán, Egipto y Siria.
Cochetel defendió que ofrecer servicios de protección (ayuda humanitaria vital, alojamientos de emergencia y acceso a la justicia para las víctimas de abuso) puede servir para reducir el riesgo que corren los migrantes y refugiados, y ofrecerles cierta dignidad.
“Las autoridades preconizan que los migrantes deben quedarse en los primeros lugares de llegada y no embarcarse en viajes peligrosos, pero a veces lo hacen por falta de servicios de protección en sus rutas”, comentó.
El responsable de la situación migratoria en el Mediterráneo central y occidental de ACNUR sostuvo que los servicios de protección han disminuido y en ciertos puntos desaparecido del todo en los últimos años en Marruecos, Mauritania, en el norte de Níger y el sur de Argelia.
Lo mismo ha ocurrido en Sudán, aunque en este caso es consecuencia directa de la guerra interna que sufre el país desde hace más de un año, una situación que Cochatel anticipó que tendrá tarde o temprano una repercusión en Europa.
“Cuando vemos la guerra en Sudán y más de ocho millones de desplazados no creamos que estas personas no van a llegar a Europa. Algunos van a llegar, pero al final serán muy pocos comparados con los 30.000 a 40.000 que Chad (país vecino) recibe cada mes, mientras que a Italia llegan menos de 1.000”, comentó.
Según el ACNUR, ofrecer a los refugiados servicios de protección en las rutas que utilizan facilitaría que permanezcan cerca de sus países, lo que es positivo porque esto ayuda a que mantengan un vínculo con sus lugares de origen y favorece un retorno rápido y su reintegración cuando las condiciones lo permiten.
“Para Europa es importante trabajar con los países que están más cerca y desarrollar acuerdos basados en una responsabilidad compartida y no solamente el control de las fronteras marítimas porque esto no arregla todos los problemas. Los países (de tránsito) también necesitan ayuda en sus fronteras terrestres”, explicó Cochatel. EFE
Fuente: Swissinfo