A menos de 150 km de la costa tunecina, Lampedusa es uno de los primeros lugares de escala para los migrantes que atraviesan el Mediterráneo para llegar a Europa, un peligroso trayecto en el que murieron más de 2,000 personas desde enero.
Sin embargo, la situación nunca fue tan dramática en Lampedusa, donde desembarcaron la mayoría de los 11,000 migrantes que llegaron a Italia entre el lunes y el miércoles, según el Ministerio del Interior italiano.
Un portavoz del Alto Comisionado para los Refugiados de la ONU (Acnur) indicó que en la isla desembarcaron 8,512 migrantes entre el 11 y el 13 de septiembre, un número de personas superior a la población insular.
El centro de acogida de la isla gestionado por la Cruz Roja, con capacidad para 400 personas, se vio desbordado y las autoridades empezaron a trasladar a los migrantes a Sicilia o a puertos en la península.
“Comer es un problema”
La Cruz Roja Italiana (CRI) declaró el viernes por la mañana que ya se efectuaron 700 traslados y que se esperaba que otras 2,500 personas abandonaran la isla a lo largo del día.
Al mismo tiempo, los migrantes seguían llegando a la isla, por sus propios medios o rescatados por los guardacostas, observó un fotógrafo de la AFP.
“Los migrantes siguen llegando, pero los estamos gestionando”, aseguró el viernes Francesca Basile, responsable de migración de la CRI, cerca del centro.
Fuente: eleconomista.mx