5 familias cristianas iraníes que huyeron de su país tras la crisis social —17 personas en total— fueron detenidas, deportadas a centros de repatriación, víctimas de amenazas, violencia y violaciones de los derechos humanos fundamentales. Los refugiados cristianos, algunos de los cuales permanecieron encerrados durante 3 meses, hablaron de las pésimas condiciones sanitarias en los centros de detención.
Turquía maltrata a refugiados cristianos, puesto que 5 familias cristianas iraníes que huyeron de su país tras la crisis social —17 personas en total— fueron detenidas, deportadas a centros de repatriación, víctimas de amenazas, violencia y violaciones de los derechos humanos fundamentales. Las autoridades turcas, como denuncian numerosas ONG internacionales, llevan a cabo sistemáticamente maltratos y abusos contra los refugiados. Los refugiados cristianos, algunos de los cuales permanecieron encerrados durante 3 meses, hablaron de las pésimas condiciones sanitarias en los centros de detención, donde faltan alimentos, agua y medicinas.
‘Article18’ precisó los hombres están separados de las mujeres y los niños y solo pueden reunirse una vez por semana por un máximo de 15 minutos y en presencia de los guardias. A excepción de uno, cristiano asirio, todos son conversos del islam que Teherán no reconoce y a menudo persigue por su fe y por el delito de apostasía. La mayoría de ellos vive en Isparta, en el suroeste de Turquía, y están confinados en centros en la ciudad costera de Antalya. En los últimos 6 meses se registraron arrestos de cristianos iraníes en varias ciudades, entre ellas Izmir y Adyn en el oeste, Van en el este y Kayseri y Kirikkale en el centro del país. Los propios refugiados, en algunos casos, grabaron videos para denunciar los abusos y los compartieron en las redes sociales. Además, los que contribuyeron a la difusión de los videos recibieron graves amenazas de la policía turca.
Uno de los cristianos detenidos en Antalya, Kamran Topa Ebrahimi, se refirió a la huelga de hambre que protagonizaron algunos refugiados para protestar por las condiciones en los centros. «Me separaron de mi esposa Mona y mis 2 hijos», aseveró Ebrahimi, al explicar que perpetran «una guerra psicológica contra» ellos al amenazar con la detención indefinida si no regresan a su país. La esposa habla de la falta de agua en los centros y del uso de un basurero como medio improvisado para la higiene personal. «¿Cómo puede Turquía deportarnos porque somos cristianos?, ¿fingen no saber lo que está pasando? Esta es una guerra psicológica contra nosotros para obligarnos a firmar los formularios de deportación. Las circunstancias son tan difíciles que preferimos volver a Irán y que nos maten -añade- en vez de quedarnos aquí», aseveró, después de que Turquía maltrata a refugiados cristianos.
Fuente: verdadenlibertad