En San Petersburgo, una red formada por unos 8.000 voluntarios anónimos ayuda a los refugiados ucranianos a huir de Rusia a pesar de la propaganda bélica y nacionalista dictada desde el Kremlin.
La mayoría de los refugiados ucranianos que entraron a territorio ruso lo hicieron en contra de su voluntad, a través de los corredores humanitarios del Donbass, donde el Kremlin concentra su “operación especial”.
Una vez en Rusia, desean llegar a la UE lo antes posible. Con lo que no contaban era con aliados rusos, hombres y mujeres anónimos que unen fuerzas para tenderles una mano después de dejarlo todo en Ucrania.