El Defensor del Pueblo de Ucrania denuncia además la existencia de cámaras de tortura para menores en Jersón
Hace un mes, el presidente ucranio, Volodímir Zelenski, aseguró que las fuerzas rusas habían deportado a casi 11.000 niños ucranianos a Rusia y que la cifra en realidad sería mayor. El Defensor del Pueblo de Ucrania, Dimytro Lubinets, ha comunicado ahora que son más de 12.000 los niños ucranianos que se encuentran en territorio de Rusia, de los que 8.600 han sido deportados por la fuerza.
“Abrimos proceso penal en cada caso. Solo puedo hablar de cifras verificadas y confirmadas”, ha señalado Lubinets, en un mensaje publicado en su canal oficial de Telegram. Lubinets señala que las autoridades saben de dónde fue deportado un niño y qué acciones se están tomando contra él por parte de las autoridades rusas mientras se investiga con la oficina del fiscal general.
Lubinets ha denunciado además la existencia de cámaras de tortura para menores en Jersón (sur del país), la región aún parcialmente bajo control de las tropas rusas, en las que se practicó presión psicológica y física hacia esas víctimas. En total, se han localizado diez de estas cámaras.
Las cámaras eran similares a las utilizadas para prisioneros adultos, donde apenas se daba agua a los menores cada dos días y prácticamente nada que comer, de acuerdo con esa fuente.
A los castigos físicos se sumaba la presión psicológica sobre los menores, a los que se aseguraba que habían sido abandonados por sus padres y que nunca volverían a por ellos para liberarlos.
Estas informaciones coinciden con el último reporte de niños muertos en el conflicto desde el inicio de la invasión rusa, el pasado febrero, cifra que según la Fiscalía ucraniana se sitúa en 447 fallecidos, mientras que la de heridos asciende a 856.
La Fiscalía ucraniana ha documentado asimismo 64 casos de violencia sexual en la región de Jersón durante la ocupación, por parte de miembros del ejército ruso.
Siete millones de niños sin acceso a calefacción, luz y agua
Los niños están siendo además unos de los más damnificados por los ataques rusos a las principales estructuras energéticas en Ucrania han dejado a casi siete millones de niños y niñas sin acceso estable a electricidad, calefacción y agua, una situación de riesgo de cara al invierno, según ha alertado el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
Debido a los cortes eléctricos, la infancia no solo enfrenta un frío extremo, pues las temperaturas en la región pueden alcanzar los 20 grados bajo cero, sino que también interrumpe la educación a distancia, la única vía de escolarización tras los numerosos ataques a centros educativos.
“Más allá de las amenazas inmediatas que acarrea el frío, los niños y niñas también se ven privados de la capacidad de aprender o mantenerse en contacto con amigos y familiares, lo que pone en grave riesgo tanto su salud física como mental”, ha señalado la directora ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell.
Del mismo modo, los apagones pueden afectar al buen funcionamiento de los servicios sanitarios esenciales así como los fallos en el sistema de agua aumentar el riesgo de contagio de neumonía, gripe, COVID-19 y enfermedades transmitidas por agua.
La destrucción de las infraestructuras en los casi 10 meses de conflicto ha diezmado los ingresos de las familias y dificultado el acceso a los servicios básicos, una situación especialmente grave para 6,5 millones de personas, entre ellas 1,2 millones de niños, actualmente desplazados dentro del país.
“También es esencial que UNICEF y nuestros aliados humanitarios tengan acceso rápido y sin trabas a los niños y sus familias que necesitan ayuda humanitaria, sin importar dónde se encuentren”, ha añadido Russell.
Aumento de ataques a las infraestructuras eléctricas
El aumento de los ataques rusos ha destruido el 40 por ciento de la producción energética en Ucrania, dejando expuestas a las familias a las temperaturas invernales y mermando la capacidad de los medios de subsistencia. A 28 de noviembre, el sistema energético ucraniano solo era capaz de abastecer el 70 por ciento de la demanda máxima para generar energía, según la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
Por su parte, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ha pedido este martes a la Unión Europea aumentar las exportaciones de electricidad durante su discurso en el marco de la conferencia internacional de solidaridad con el pueblo ucraniano, organizada por Francia y Ucrania.
“Tenemos que acordar medidas concretas que ayuden no solo a los ucranianos a sobrevivir al invierno sino que permita demostrar a cualquier fuerza antieuropea y antidemocrática que Europa ha aprendido a prevenir catástrofes y a proteger a su gente”, ha afirmado el presidente según ha recogido la Presidencia ucraniana.
Desde Rusia justifican los ataques a los soportes energéticos como parte de su estrategia militar: “Estas infraestructuras apoyan la capacidad de combate de las Fuerzas Armadas ucranianas y de los batallones nacionalistas“, defendía el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, durante una rueda de prensa televisada hace dos semanas.
Fuente: republica