Una joven cubana identificada como Rosa lleva cuatro meses en un campo de detención para migrantes en Polonia.
En un reportaje para la revista Balkan Insight la cubana expone todo lo que ha tenido que pasar.
“Rosa no quiere terminar como los demás, languideciendo, mirando al techo o limpiando y reorganizando compulsivamente sus cosas y por ello le ha preguntado a los voluntarios de la red de ONG que apoyan a los detenidos en los centros de detención polacos si alguien podría enviarle una peluca y botas de invierno”, explica el texto.
La joven ha pedido una peluca porque dice que se quedó casi calva debido a los piojos y quiere verse lo mejor posible si finalmente consigue su entrevista de asilo; la segunda por el frío, le cuesta caminar entre los baños y el contenedor que ha sido su hogar durante los últimos meses”.
En Polonia existen dos tipos de instalaciones para solicitantes de asilo y personas que han entrado ilegalmente en el país: centros abiertos como albergues para refugiados; y campos de detención como el de Rosa, que asemejan prisiones de alta seguridad.
La cubana denuncia las terribles condiciones de este tipo de centros, rodeados por cercas de alambre.
Su colaboración con las ONG recogiendo sistemáticamente las necesidades de los refugiados muestran los problemas de esos lugares.
“Mujeres embarazadas que piden vitaminas; padres que piden leche en polvo; mujeres de países africanos que piden crema para curar su piel agrietada. Todos piden comida, ropa y rompecabezas o lápices de colores, ya que los interminables meses de inactividad les vuelven locos”.
Miles de cubanos han emprendido el viaje por varios países europeos con la intención de llegar a España u otros países donde puedan solicitar el asilo.
Muchos de ellos son víctimas de torturas y se enfrentan al hambre y el frío en las peligrosas rutas migratorias. Cuando son detenidos, muchos pasan meses en campos de refugiados.
Fuente: noticias.cubitanow